Tenía unos dieciocho años cuando se casó con el duque Enrique III de Brabante.
El hijo mayor de Adelaida, Enrique IV, tenía discapacidades físicas y mentales que le impedirían gobernar eficientemente el ducado cuando fuese declarado adulto.
Historiadores como Henri Pirenne y B. Blumenkranz han argumentado que el teólogo Tomás de Aquino le dedicó a Adelaida su Epistola ad ducissam Brabantiae después de que ella le escribiera una carta pidiéndole consejos en relación con sus súbditos judíos.
[6] En su testamento final, Enrique III había ordenado "la expulsión de todos aquellos usureros judíos y católicos".
[7] Además, había solicitado que sus súbditos cristianos fueran liberados del cobro de exacciones.
Al año siguiente, su hija María se convirtió en reina consorte de Francia.