Alonso Solís Gragera Marroquín

Desde esta vicaría se vio obligado a intervenir en los litigios por las competencias jurisdiccionales entre la orden de Santiago, que dependía en último término del monarca, en aquel momento Fernando VI, y el obispado de Badajoz, sede ocupada entonces por Amador Merino Maguilla.

En 1752 Solís Gragera impide al obispo Merino realizar la visita pastoral a Jerez y sus Valles, por lo que este le acusa en un auto de querer acumular en sí la jurisdicción eclesiástica absoluta de Jerez; apela el prelado al concilio de Trento y amenaza al vicario con la pena de excomunión más una pena económica.

En 1760 Carlos III emitiría una sentencia que aplacó bastante las diferencias, pero no eliminó el conflicto, pues continuaron las resistencias y los roces entre las partes.

Posteriormente ocupó cargos en la vicaría de Mérida, donde se le puede acreditar entre los años 1764 y 1783, residiendo por temporadas en su palacio de Miajadas, donde hará colocar un magnífico escudo episcopal tallado en mármol.

A pesar de ello, por ser una persona instruida y de gran valía, promoverá en la diócesis la corriente renovadora ilustrada, en lo que también chocará con la facción del cabildo más conservadora.

Dos grandes logros serán la fundación del primer centro universitario en Extremadura y la apertura de la primera biblioteca pública en la región.

Los obispos anteriores, Merino Maguilla y sobre todo Manuel Pérez Minayo y el visitador Fernando Ledesma Vargas, amigo personal de Campomanes, habían intentado promocionar los estudios del seminario diocesano de San Atón, único centro educativo al que podían acudir a formarse los jóvenes de la región.

Favorecidos por las medidas regalistas de Carlos III, se inició el proceso para reformar e incorporar los estudios a la universidad de Salamanca; pero, tras un incidente con los seminaristas durante un acto litúrgico, el clero conservador consigue que Ledesma sea despojado del puesto y se trunca el intento, falleciendo Pérez Minayo poco después.

[11]​ Alonso Solís Gragera falleció en su sede el 9 de febrero de 1797, cayendo sobre él un largo silencio con el que sus coetáneos contrarios intentaron ningunearle, negándole en primer lugar unos oficios fúnebres acordes con sus títulos y merecimientos e impidiendo posteriormente todo reconocimiento a su labor.

Escudo del obispo Alonso de Solís Gragera en su palacio de Miajadas.
Prelado de la diócesis de Badajoz.
Alonso de Solís y Gragera, obispo de Badajoz. Guía del Estado Eclesiástico seglar y regular de España para el año de 1793. [ 7 ]
Catedral de Badajoz