La Artesanía de Castilla-La Mancha es variada y diversa.
Con una larga tradición en la producción alfarera, iconográficamente representada por las tinajas cervantinas, y cuchillera, destaca también por sus trabajos textiles (bordados, bolillos, encajes, etc.) y en esparto, además de la toneleria asociada a la cultura del vino.
[2] En la alfarería y la cerámica, además de la importancia histórica de su industria tinajera ya casi desaparecida salvo para la jardinería ornamental, se conserva viva la producción de teja, ladrillo, baldosa y azulejería entre otros muchos productos derivados del barro cocido.
La producción artesana en madera continúa ocupando un lugar destacado en la industria del mueble.
Y como recurso turístico la talla en madera decorativa doméstica.