Aversa

La ciudad de Aversa destaca además porque, en 1876, fue el primer lugar de Italia en que se creó una sección psiquiátrica en su penal;[7]​ posteriormente, tras 1931 se convirtió en un hospital psiquiátrico penitenciario.

[8]​ La llanura sobre la que se asienta ya era conocida en época de la Roma antigua como la Campania Felix.

[9]​ Aunque algunos yacimientos arqueológicos excavados en las cercanías de Aversa han revelado la presencia humana en la zona desde el período neolítico, los primeros pobladores conocidos de la zona fueron los liburnios, gentes afines a los cimerios, cuyo territorio quedaba delimitado al sur por Nápoles, al oeste por el mar Tirreno y al norte por el río Clanio.

[9]​ En cualquier caso, en razón del paludismo endémico que azotaba la región, la primitiva ciudad quedó abandonada.

[9]​ Tan solo subsistió en el lugar una pequeña fortificación militar, un castellum, vinculado a una capilla en memoria del presunto paso por la actual Aversa del apóstol San Pablo el año 61 a. C., por la vía romana que discurría hacia Roma.

Rainulfo consolidó su propia posición mediante su matrimonio con la hermana de Sergio IV, añadiendo a sus dominios el condado de Capua, al que trasladó la sede condal.

Sin embargo, el conde prefirió no tratar al pontífice como prisionero, sino optó por escoltarle hasta Roma con todos los honores y dejarle allí en libertad.

[11]​ Además, consolidó su propio poder en Aversa al verse infeudado en la posesión de la misma por el papa.

Durante este período trasladó la capital de sus dominios a Aversa.

[4]​ El año 1132, Rogelio II de Sicilia, que se sintió traicionado por los condes de Aversa, atacó la ciudad, a la que incendió; aunque arrepentido por los daños causados colaboró en su reconstrucción.

Por ello Aversa transfirió su fidelidad a Constanza y a los Hohenstaufen: su esposo Enrique VI, su hijo Federico, su nieto Conrado y su bisnieto Conradino[4]​ Tras el final de la dinastía normanda y de su sucesora, la dinastía de los Hohenstaufen, se impusieron los angevinos en el siglo XIII, que al considerar a la ciudad como su enemiga mantuvieron la ciudad como un mero lugar de esparcimiento,[4]​ destinado a la caza, hospedándose en un castillo real, del que subsisten algunos restos en el actual castillo situado en el centro de la ciudad.

Sin embargo, a finales del siglo XIX el castillo estaba nuevamente en estado de ruina.

La catedral de San Paolo es una catedral edificada inicialmente, en el siglo XI, en estilo románico, más concretamente en el subestilo normando,[25]​ como corresponde a las circunstancias históricas de la ciudad.

Tanto la cúpula como partes del ábside son restos de la primitiva construcción románica.

[25]​ Durante su existencia, la catedral ha sufrido varias remodelaciones, que en ocasiones han alterado sustancialmente su aspecto original, especialmente en los siglos XIII, XV y XVIII.

[25]​ En la catedral se encuentra por otra parte una escultura de San Jorge y el dragón que constituye una de las escasas muestras del arte prerrománico en la Italia meridional.

Igualmente se conservan algunas pinturas de pintores italianos del Settecento.

La mayor parte del tráfico ferroviario es gestionado por la compañía Trenitalia, asumiendo otra parte del mismo la compañía Ferrovia Alifana, que desde marzo de 2005 cambió su nombre por el de MetroCampania NordEst.

Por otra parte, la ciudad está conectada con la Autostrada A1, la más larga de Italia.

El arco de la Annunziata, símbolo de la ciudad de Aversa
Mapa de Italia en 1050, donde se aprecia el Contado de Aversa al norte de Nápoles.
Juana I de Nápoles.
Aversa en 1650.
Dostler justo antes de su ejecución en Aversa.
El Castillo de Aversa.
El asesinato de Andrés, Duque de Calabria , obra de Karl Briulov , acuarela (1835).
El campanile de la Catedral.
La estación de ferrocarril de Aversa.
El PalaJacazzi.