[1][2] Pasó a América al ser nombrado en 1580 fiscal del Tribunal de la Inquisición de México, siendo promovido a inquisidor en 1593.
También puso su empeño en la extirpación de las idolatrías que todavía imperaban entre los indígenas.
Así, obligó la predica del catolicismo en quechua los domingos y días festivos, y la catequesis a los esclavos (amenazando con censuras a los patronos).
Su experiencia personal la publicó en 1621 en su obra La extirpación de la idolatría en el Perú.
También insistió en que se prohibiese a los corregidores la venta de chicha de jora y otras bebidas embriagantes a los nativos.