Se usa principalmente en procesos de coloración en continuo o por lotes en los que intervienen tintas de azufre o en cuba, y como permanente para el pelo, agente químico, o disolvente de oro en minería, cuando se emplea junto con bromuro sódico.
Estaba permitido su uso como aditivo o mejorante en la fabricación del pan pero está siendo prohibido para tal fin.
Bromuro de sodio tiene una solución salina y un sabor amargo.
Las concentraciones de bromuro en sangre o suero pueden ser determinadas por espectrometría.
Produce irritación gástrica, vómitos, diarrea, fallo renal y sordera.