En Zafra, tras la huida de la derecha, tomó posesión de la alcaldía Eloy José González Barrero[1] "pepe el fresco" del Frente Popular, en sus planes estaba que la comunidad claretiana abandonara la ciudad.
Los estudiantes de Zafra se dirigieron a Don Benito, donde las autoridades pidieron al Padre superior que se marcharan de la ciudad, viéndose obligados a continuar hasta Ciudad Real.
El 4 de mayo estaban todos los Seminaristas Teólogos en Ciudad Real, encerrados en un caserón enclavado dentro de la Ciudad, no podían salir para nada, por el ambiente prerrevolucionario que se respiraba.
Al mediodía del día 24, se presentan unos quince hombres armados exigiendo el inmediato abandono de la casa, el Padre Superior, Saturnino González, exige la orden por escrito del Gobernador Germán Vidal Barreiro.
Por la tarde los milicianos trajeron a sus parientas, amigas o novias, para que contemplaran a los curas en sus cuartos, mientras por los pasillos desfilaban muchachas vistiendo ornamentos sagrados o cubiertas con bonetes de clérigo.El día 28 el Superior logró ponerse en contacto con el Gobernador y se le extendieron salvoconductos para ir todos a Madrid, se organizaron los grupos, el primero dirigido por el Padre Superior Máximo Peinador acompañado por su anciano padre Don Eutiquiano Peinador.
Subidos a los taxis, custodiados por milicianos, marcharon todos hacia la estación del ferrocarril.
En el trayecto les exigen la documentación, al llegar a la primera estación de Fernán Caballero, dos milicianos se adelantan al maquinista y le ordenan no poner en marcha el tren hasta nuevo aviso, hacen bajar a los catorce muchachos ( el P. Máximo iba vestido de paisano, en un departamento distinto, acompañando a su padre, por esto se libró de morir fusilado )[5] colocan entre la segunda y la tercera vía, los milicianos se quedan a diez metros en la vía primera, apuntando con los fusiles.
Cándido Catalán revuelto en su propia sangre permanece durante cuatro horas tirado entre las vías, pero no estaba muerto, una de las balas le había explotado un pulmón y roto el pericarpio.
Fue atendido por los doctores Pascual Crespo Campesino y Alfonso González Calzada ayudados por la hija del jefe de la estación y por Maximiliana Santos la mujer del factor de circulación (Ricardo Muñoz López).
A mitad de camino, cerca del río Guadiana, a la altura del puente se les averió la camioneta, al bajarse para arreglarla se dieron cuenta de que el herido había fallecido.
Yo puse agua caliente para lavarle las heridas y la mujer del factor facilitó una sábana para hacer vendas.
"[9] P. Julio Izquierdo, misionero claretiano y seminarista del P. José María Ruíz Cano (mártir en Sigüenza): Presentación de los hechos del martirio en Sigüenza y F.Caballero->El padre Julio Izquierdo fue testigo de todo lo que ocurrió aquellos terribles días[14]
Su cadáver estuvo depositado cuatro días, en espera de que alguien lo reconociera.
Los nombres de los 14 mártires claretianos que fueron fusilados en Fernán Caballero son éstos: