Sin embargo, esas mismas primitivas comunidades humanas se mantenían, al parecer, nómadas y seminómadas por la Sierra de Tejeda.
La Sierra, muy rica por aquel entonces en ríos, arroyos, afluentes, manantiales y fuentes, era zona de muchos cañaverales.
Son ya muchas las monedas que, de época romana, han aparecido por Sierra Tejeda.
Lo que aún no sabemos es si las galerías de extracción minera abiertas por aquí eran explotadas directamente por funcionarios estatales o por arrendatarios.
Son muchas las caleras que aún se pueden ver en el término municipal de esta vieja villa.
Son muchas las monedas que, del periodo de ocupación musulmana, han sido halladas en Sierra Tejeda.
Los musulmanes, al llegar a cualquier poblado hispanorromano, arrasaban todo el caserío preexistente y, sobre las ruinas, sin planos preconcebidos, alzaban uno nuevo, como cristalización de su vida nómada del desierto.
Este hecho explica lo inexpresivo de las fachadas, pues todo radica en el interior del hogar.
Otro elemento de la arquitectura mudéjar es la algorfa, arco que da entrada a quebradas calles empinadas.
La penetración por el sureste hispano de los llamados «Siete Varones apostólicos», enviados por San Pedro como evangelizadores y cristianizadotes, explica este hecho.
San Torcuato fue extendiendo la primitiva red cristiana, organizada mediante asambleas de fieles reunidos.
De este modo, mediante pequeñas comunidades eclesiales bien organizadas, la nueva religión (el cristianismo) se fue difundiendo rápidamente.
Los Reyes Católicos ordenaron que todos los alcaldes moros de la zona llegasen ante ellos para capitular.
Fue primero del Conde de Cabra, cuya relación con sus vasallos musulmanes no solo era territorial y administrativa, sino también personal.
Desde mediados del siglo XVI, los ocupantes cristianos empezaron a practicar «ahumadas» contra los moriscos que se refugiaban en las cuevas.
Un muy curioso letrero de 1773, en calle Cantillo 2, que necesita urgente restauración, muestra la leyenda «¿Qué miras, majadero?
Según cuentan, Alfonso XII llegó a Canillas vestido de paisano, montado en un espléndido caballo negro.
Toda esa situación de profunda crisis económica provocó una forzada corriente migratoria hacia Orán, Tánger, Melilla, Cuba, Uruguay y Argentina.
En total 69 familias recibieron en Canillas la ayuda de la Comisaría Regia constituida para tal efecto.
Canillas ha tenido siempre pregoneros que, por las calles, llamando con trompetilla, iban anunciando a la población las decisiones municipales.
Y, como el acalorado enfrentamiento verbal se desarrollaba frente a las puertas mismas del cuartel de la Guardia Civil (en plaza Gallero Badillo), esta intervino.
Seis fueron los vecinos del pueblo asesinados durante los macabros paseíllos practicados por los que se llamaban marxistas revolucionarios, «rojos», en la terminología de los franquistas.
A esas listas hay que sumar la de maquis y guardias civiles muertos, en la posguerra, por toda Sierra Tejeda, lugar de refugio para los canilleros republicanos que, como «rojos marxistas», más se habían implicado en el conflicto.
Algunas viudas de los milicianos encarcelados y fusilados empezaron a recibir una pequeña (casi simbólica) paga mensual por parte del Gobierno Nacional.
También fueron varios los guardias civiles muertos o heridos por la resistencia de milicianos y maquis escondidos en la sierra.
La verde hierbecilla que crecía entre un canto rodado y otro le daba a sendas plazas cierto sabor romántico, haciéndolas más acogedoras.
Canillas de Aceituno posee un colegio público y una biblioteca situada en la Plaza Maestro Francisco Gallero Badillo.
Por la mañana temprano, durante los días de feria, los músicos tocaban pasacalles por todo el pueblo y más tarde cuando iba a salir la Virgen del templo, los músicos esperaban en la puerta para tocar el Himno Nacional.
La manera de combinarlos entre sí y el resultado final está muy influenciada por la cocina andalusí.
Por otro lado, la artesanía que se puede observar en la vida del pueblo, son objetos realizados con esparto y otros de madera, como por ejemplo el trono que procesiona a la Virgen de la Cabeza, el cual fue realizado por un carpintero local.