Hay muchos procesos en los que se utiliza la memoria implícita, incluso el aprendizaje, la cognición social y la resolución de problemas.
Sin embargo, se descubrió que tenían mayor éxito al completar o unir palabras fragmentadas e imágenes incompletas.
Pero al pedírseles adivinar si el estímulo era "cruz" o "círculo", se registró un porcentaje de aciertos significativamente superior a lo esperable por probabilidad.
[5] La hipótesis es que la información fue procesada por las primeras etapas del ciclo de percepción (selección, organización e interpretación), sólo para fallar en la última etapa de retención y memoria, en que la imagen entra al pensamiento consciente.
La cognición implícita afecta también la manera en que las personas se ven unas a otras, así como sus interacciones.
Con frecuencia, la gente clasifica subconscientemente en el mismo grupo a personas que se parecen entre sí[7].