[4] En el camino de la ermita al convento existía hasta principios del siglo XIX un calvario.
Finalmente, el saqueo que dejó el convento en ruinas fue llevado a cabo por los garrovillanos en enero de 1843.
[1] El templo conventual, de estilo renacentista y construido en sillería granítica, es la parte más destacada del complejo.
Se accede al templo a través de una puerta principal en el imafronte, sobre la cual hay una ventana para iluminar el coro, y a través de una puerta lateral en el lado del evangelio, con arquivoltas formando un arco ligeramente apuntado.
El ábside es ochavado y en cada lado hay dos capillas laterales que en su época albergaron enterramientos de los Condes.
[13][14] Del claustro renacentista se conservan íntegros sus dos pisos, pese a estar rodeado por estructuras desaparecidas o ruinosas.