Cristianismo en la antigüedad tardía

Inicialmente, el cristianismo empezó a extenderse desde la Judea romana sin apoyo o respaldo estatal.

El reinado de Constantino sentó un precedente para la posición del emperador cristiano en la Iglesia.

Con la intención de restablecer el prestigio de las antiguas creencias paganas, las modificó para asemejarlas a tradiciones cristianas en aspectos tales como la estructura episcopal y la caridad pública (hasta entonces desconocidas en el paganismo romano).

Asimismo, Juliano eliminó la mayoría de privilegios y prestigio que le habían sido otorgados previamente a la Iglesia cristiana.

Sus reformas intentaron crear una forma de heterogeneidad religiosa, en formas que incluyeron entre otras reabrir templos paganos, aceptar obispos cristianos previamente exiliados como herejes, promover el judaísmo o devolver las tierras asignadas a la Iglesia a sus dueños originales.

No obstante, si bien la persecución estatal terminó, para comienzos del siglo V subsistía aún mucho prejuicio dentro del imperio contra los cristianos: un proverbio popular de la época decía, según Agustín de Hipona, «¡No hay lluvia!

El docetismo afirmaba que la humanidad de Jesús era meramente una ilusión, negando así la encarnación.

Otros académicos, basándose, entre otras cosas, en distinciones entre judeocristianos, cristianos paulinos y otros grupos como los gnósticos y los marcionistas, argumentan que el cristianismo primitivo estaba fragmentado, con ortodoxias simultáneas en competencia.

El Concilio de Calcedonia afirmó que Cristo tenía dos naturalezas, completamente Dios y completamente hombre, distintas pero siempre en perfecta unión, en gran medida afirmando el Tomus Leonis del papa León I. Anuló las conclusiones del Concilio de Éfeso II, condenó el monofisismo e influyó en las condenas posteriores al monotelismo.

El emperador Constantino convocó este concilio para dirimir un asunto controversial, la relación entre Jesucristo y Dios Padre.

[23]​ Tal término había sido utilizado durante mucho tiempo por escritores ortodoxos y hacía más popular junto con la devoción a María como Madre de Dios.

[23]​ Se reportó que Teodosio enseñaba que había dos personas separadas en el Cristo encarnado, si bien es motivo de debate si el patriarca realmente enseñó tal doctrina.

4) menciona escribas alejandrinos alrededor del año 340 preparando Biblias para el emperador Constante.

No obstante, cuando estos obispos y concilios discutían sobre el asunto, no estaban definiendo algo nuevo, sino que «estaban ratificando lo que ya se había convertido en la mente de la Iglesia».

[36]​ Tras la legalización, la Iglesia adoptó los mismos límites organizacionales que el Imperio: provincias geográficas, llamadas diócesis, correspondientes a la división territorial gubernamental imperial.

Los obispos, que estaban ubicados en los principales centros urbanos por tradición previa a la legalización, supervisaban cada diócesis.

Roma, como la antigua capital y otrora la ciudad más grande del imperio, comprensiblemente recibió cierta primacía dentro de la pentarquía en la que para entonces estaba dividida la cristiandad; aunque era y aún se sostenía que el patriarca de Roma era el primero entre iguales (primus inter pares).

Ciertamente el cristianismo no estuvo confinado al Imperio Romano durante la antigüedad tardía.

Durante al menos mil doscientos años, la Iglesia del Oriente se caracterizó por su celo misionero, su alto grado de participación laica, sus estándares educativos superiores y sus contribuciones culturales en países menos desarrollados, así como su fortaleza ante las persecuciones.

Allí empezó el movimiento misionero en oriente, que gradualmente se extendió por toda Mesopotamia y Persia.

Si bien los motivos religiosos nunca estuvieron desvinculados, la principal causa de la persecución fue política.

El cristianismo en Georgia (la antigua Iberia) se remonta al siglo IV, si no antes.

[41]​ El rey ibérico, Mirian III, se convirtió al cristianismo, probablemente alrededor del año 326.

[41]​ Según el historiador occidental del siglo IV Rufino de Aquilea, fue Frumencio quien llevó el cristianismo a Etiopía (específicamente, a la ciudad de Axum) y sirvió como su primer obispo, probablemente poco después del año 325.

[42]​ El pueblo germánico pasó por una cristianización gradual a partir de la antigüedad tardía.

Hasta el declive del Imperio Romano, las tribus germánicas que habían emigrado allí (con la excepción de los sajones, los francos y los lombardos, ver más adelante) se habían convertido al cristianismo.

[cita requerida] Muchos godos se convirtieron al cristianismo como individuos por fuera del Imperio Romano.

La cultura e identidad góticas surgieron a partir de diversas influencias germánicas orientales, locales y romanas.

El monacato tuvo un inicio temprano en la Iglesia como un conjunto de tradiciones similares, basadas en ejemplos e ideales bíblicos, y con raíces en ciertas corrientes del judaísmo.

Originalmente, todos los monjes cristianos eran ermitaños, siguiendo el ejemplo de Antonio Magno.

Virgen y niño. Pintura mural en las catacumbas romanas, siglo IV .
Cabeza de la colosal estatua de Constantino el Grande en los Museos Capitolinos
Hagia Irene es una antigua iglesia , ahora museo, en Estambul . Encargada en el siglo IV , es la primera iglesia construida en Constantinopla y conserva su atrio original. En el 381 tuvo lugar en ella el Concilio de Constantinopla I . Dañada por un terremoto en el siglo VIII , su forma actual data en gran parte de las reparaciones realizadas en ese momento.
Espectro de creencias cristológicas en la antigüedad tardía
Expansión del cristianismo hasta el año 325 d.C. Expansión del cristianismo hasta el año 600 d. C.
Estados cristianos en el año 495 d. C.
Parche romano de crismón en bronce encontrado en un asentamiento germánico en Neerharen (Bélgica), 375-450 d. C., Museo Galorromano (Tongeren)