La llamada dinastía isáurica también conocida como Siria o Asiria gobernó desde el año 717 hasta 802 el Imperio bizantino.
Recibe su nombre del general bizantino León el Isáurico, que se hizo con el poder de Teodosio III, un recaudador de impuestos llevado al trono contra su voluntad.
Bajo la dinastía isáurica, el Imperio bizantino se vio dividido por la controversia religiosa cuando la iconoclasia recibió el respaldo del emperador.
Estos problemas religiosos internos no ayudaron a manejar la siempre presente amenaza de la expansión del Islam desde el este y los búlgaros en el oeste.
Al final de la dinastía isáurica, en 802, el Imperio bizantino siguió luchando contra los árabes y los búlgaros , complicándose la situación al surgir un nuevo emperador en Occidente, Carlomagno.