Tras muchas reuniones, parece que el presidente palestino, Nizar Farad, está a favor de una soberanía compartida sobre la ciudad santa, algo a lo que se niega en redondo el primer ministro israelí, el conservador Eli Zahavy.
En el último momento, y cuando ambas delegaciones están a punto de marcharse, se produce una novedad: la ayudante de Seguridad Nacional Kate Harper propone volver al estatuto vigente hace casi medio siglo, propuesto por la ONU: Jerusalén será de jurisdicción judía, pero la parte árabe se considera zona diplomática palestina, y la entrada en ella debe ser autorizada por estos.
Los periodistas, y el resto de ciudadanía, se muestran impacientes porque no hay progresos en la cumbre.
El líder republicano sigue criticando las negociaciones de paz, así como algunos miembros del partido demócrata.
Tras la bronca entre ambos, el presidente Barlet le exige un sustituto a su Jefe de Gabinete.