Durante los siguientes cinco meses estallaron múltiples enfrentamientos que dejaron grandes zonas rurales a manos de los rebeldes.
[7][8] El 6 de septiembre, hubo aparentemente una multitud (20.000 - 40.000 personas) que protestó contra el gobierno tras el asesinato del jeque suní sirio Ibrahim Salqini.
[10] El 21 de diciembre, un vídeo parecía mostrar al ejército sirio asaltando la Universidad de Alepo y golpeando y arrestando a estudiantes universitarios por protestar contra el gobierno.
[11] Se llevaron a cabo cuatro protestas en la universidad, donde un estudiante en la Facultad de Ciencias fue asesinado por las fuerzas gubernamentales.
[17] Durante los enfrentamientos en Azaz murió una persona, aunque se desconoce si era rebelde o civil.
[18] Según los medios estatales, dos coroneles murieron en Alepo a finales de marzo.
También destruyeron aparentemente dos vehículos armados en un punto de control gubernamental y atacaron un helicóptero sirio.
El Ejército respondió mediante intensos ataques de helicópteros militares sobre el área local.
Las fuerzas de suguridad usaron gas lacrimógeno y munición real para dispersar las protestas.
[36] Dieciocho soldados murieron cerca del pueblo de Atarib, y en la lucha se destrozaron tanques y transportes blindados de personal, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
Además, un hombre identificado como «el hermano de un parlamentario sirio» fue disparado y asesinado.
Otros cuatro soldados murieron mientras intentaban entrar en Azaz, pueblo disputado entre el gobierno y la oposición.
12 rebeldes murieron, incluyendo un comandante de brigada local, Ahmed el Fay.
El 21 de julio, el gobierno intentó asaltarlo con tropas y vehículos armados.
Mientras, la batalla se extendió al distrito tribal de al-Sajur, más pobre.
[48] Indicaron que 17 tanques gubernamentales habían sido destruidos y uno capturado.
Docenas de personas, entre lamentos y gritos, subieron por los escombros intentando sacar a las víctima.
«Fue una masacre, una familia entera como la mía fue exterminada», dijo una mujer que se negó a dar su nombre.