[2][7] En los últimos 50.000 años —un instante en la escala del tiempo geológico— el planeta ha perdido una enorme variedad de grandes animales, incluyendo mamutes, mastodontes, rinocerontes lanudos, elefantes europeos, hipopótamos europeos, tigres dientes de sable, perezosos gigantes, gliptodontos, moas, uros, tarpanes, aves elefante y leones marsupiales entre muchos otros.
[29] Estas extinciones no fueron un evento simultáneo, sino un proceso que duró miles de años: la megafauna desapareció en periodos distintos en diferentes partes del planeta.
[43] La hipótesis sigue siendo popular y ha sido propuesta en muchos estudios regionales para explicar la desaparición de la megafauna del Pleistoceno.
[6] • Hubo más de 30 ciclos glaciales a lo largo del Pleistoceno al menos tan intensos como el último, pero sin extinciones masivas asociadas en el registro fósil.
Además, las extinciones en las islas ocurrieron ya muy avanzado el Holoceno, varios miles de años después del último cambio climático.
Se ha comprobado que esto fue así al menos en el caso de Australia[54][55] Norteamérica[56] Madagascar[57] y varias islas oceánicas.
[62] Hasta la segunda década del SXXI, los estudios relativos a las extinciones cuaternarias se venían centrando en determinados continentes o habían utilizado dataciones de baja fiabilidad.
Las primeras verdaderas islas oceánicas que fueron alcanzadas por los seres humanos fueron las Antillas del Caribe en las Américas, hace tan solo unos 6.000 años.
Finalmente, Nueva Zelanda fue la última gran masa terrestre del mundo en ser colonizada por los humanos, hace apenas 700 años.
[6][7] Aunque tradicionalmente se ha incluido el Asia tropical como la segunda región junto al África subsahariana donde no ha habido extinciones masivas de megafauna, lo cierto es que esta zona ha sufrido pérdidas megafaunísticos muy notables que se han pasado por alto en muchos estudios porque no muestran un pico claro en el Cuaternario Tardío y porque algunas especies emblemáticas como el elefante asiático, el tigre o el rinoceronte indio han sobrevivido hasta nuestros días.
[94] Durante los períodos glaciales, las actuales islas de Sajalín y Hokkaido estaban conectadas al continente asiático formando una península.
[95] La megafauna que aparece con mayor frecuencia en los yacimientos estudiados son los mamutes, el elefante de Naumann y los ciervos gigantes asiáticos del género Sinomegaceros.
Estos resultados no descartaron la posibilidad de una extinción masiva rápida por los humanos a escalas más locales o regionales.
Este ciclo se interrumpió repentinamente en los últimos 50.000 años aproximadamente, coincidiendo con un incremento sin precedentes de las extinciones megafaunísticas.
[53][135] Con los conocimientos actuales, se considera que Homo sapiens no colonizó las grandes islas mediterráneas verdaderas antes del noveno milenio.
Megaloceros cazioti y Cynotherium sardus son los únicos dos grandes mamíferos conocidos del Pleistoceno Superior de Córcega.
[53] Entre las especies extintas en las islas mediterráneas están: Wrangel es una isla rusa situada en el océano Ártico que estuvo unida a Beringia hasta hace 12.000 años, y actualmente tiene una superficie de 7680 km².
Si se extrapolan las cifras, un territorio del tamaño de Jasper pudo albergar unos 11.000 mamuts, 66.000 caballos y 165.000 ciervos.
[207][205] En su ausencia, la materia vegetal comienza a acumularse y proporciona combustible que acaba provocando un aumento de los incendios forestales.
[58] Debido a la drástica naturaleza de las extinciones en América del Sur, el impacto esperable sobre las comunidades vegetales en esta región es potencialmente más grande que en casi cualquier lugar.
[215] Los bosques muy cerrados pueden suponer un mayor estrés para los animales supervivientes, porque de hecho estas especies coevolucionaron siempre con la megafauna, en unos ecosistemas más abiertos.
[219] Se ha sugerido que estas comunidades vegetales hoy desaparecidas pueden haber estado vinculadas a la megafauna del Pleistoceno.
Su uso se está extendiendo a tierras agrícolas abandonadas de Europa, África, Madagascar, Norteamérica, Rusia, Brasil y varias islas oceánicas.
Los seres humanos han vivido en la región por lo menos desde hace 11.000 años, y aunque fue declarado un parque nacional en 1872, diversas formas de intervención continuaron.
[246] La ciencia del rewilding se ha centrado en tres bases históricas diferentes: el Pleistoceno, el Holoceno y los nuevos ecosistemas contemporáneos.
Las dos primeras suponen reparar los ecosistemas hasta un estadio anterior o intermedio respecto a las extinciones de megafauna del Cuaternario tardío.
[264] El rewilding europeo defiende una configuración espacial ecológica coherente, con espacios naturales centrales, corredores para conectarlos, áreas de restauración y zonas tampón para desarrollar paisajes funcionales interconectados.
En su lugar, aboga por un "mosaico cambiante" o un paisaje parecido a un parque, donde los grandes herbívoros desempeñaban un papel ecológico esencial al abrir el dosel forestal.
[246] Frans Vera escribió un artículo sobre el potencial para desarrollar un ecosistema que había desaparecido de los Países Bajos hacía mucho tiempo.
[296] En 2017 al menos cuatro equipos independientes de genetistas trabajan ya en la desextinción del mamut lanudo en Harvard (EE.