En medicina se llama fístula del líquido cefalorraquídeo a la comunicación anómala del espacio subaracnoideo con el exterior, lo que permite al líquido cefalorraquídeo fluir libremente fuera del organismo.
Se produce con más frecuencia por una solución de continuidad en la lámina cribosa del hueso etmoides que provoca la salida del fluido al exterior a través de la nariz (rinolicuorrea).
Una de las causas son los traumatismos que afectan a la base del cráneo.
[1][2] La sintomatología es variable dependiendo del lugar donde esté situada la fístula, si el líquido cefalorraquídeo sale al exterior a través de la nariz (rinolicuorrea) se produce un goteo nasal constante de una sustancia líquida que no es moco, en otras ocasiones la fístula drena a través del oído (otolicuorrea).
Puede producirse dolor de cabeza u otras molestias, pero el problema principal es que se establece una conexión directa entre el exterior y el sistema nervioso central que sirve de puerta de entrada para gérmenes patógenos que son causa de meningitis en muchas ocasiones.