Faustina (Guanajuato)

[4]​ Al parecer los restos permanecieron inicialmente varios años en España, donde el conde los habría contemplado con motivo de uno de sus viajes, llevando a cabo todas las acciones pertinentes para trasladarlos a México.

Para mayor confusión, varias fuentes la identifican con Santa Faustina de Como, monja benedictina del siglo vi, y reinventan tanto su biografía como la de su hermana Santa Librada al afirmar que ambas murieron martirizadas por los romanos debido a su fe cristiana en torno a 580 d. C., época en que ya no había persecuciones contra quienes profesaban dicha religión aparte de que para entonces hacía más de un siglo que había tenido lugar la caída del Imperio romano, si bien en el siglo vi se produjeron algunos casos aislados de martirio.

La cobertura cérea se encuentra notablemente deteriorada al punto de presentar importantes pérdidas, entre ellas una que deja al descubierto el antebrazo derecho, donde se pueden apreciar perfectamente el cúbito y el radio.

[3]​[11]​ La imagen luce túnica de noble romana y calza un par de sandalias, atuendo habitual en los corposantos femeninos, con el cuerpo descansando sobre un colchón y la cabeza apoyada en dos cojines decorados con ricos bordados, junto a los cuales se halla el vaso con la sangre de la mártir, reducida a un polvo negruzco; al igual que la figura, el recipiente se encuentra deteriorado y el cristal que debía proteger la reliquia, roto y cubierto de polvo.

[15]​[16]​ La práctica de ocultar los huesos en estatuas y de mejorar el aspecto de los cadáveres con coberturas céreas ha llevado a creer equivocadamente que estos cuerpos se hallan incorruptos o momificados, destacando en este aspecto ciertos corposantos así como varios cadáveres de santos y beatos conocidos, tanto los que están cubiertos de cera como los preservados con otros materiales: San Florencio en Orizaba (México),[16]​ Santa Inocencia en Guadalajara (México),[17]​ San Aprio en Roma (Italia), San Silvano en Dubrovnik (Croacia),[18]​ San Pascual Baylón en Villarreal (España), Santa María Goretti en Nettuno (Italia) y, más recientemente, el beato Carlo Acutis en Asís (Italia).