Aunque ahora son 5 días con muchos actos repartidos en sus inicios se configuró en 3 jornadas, igual que en los Moros y Cristianos de Alcoy.
Además en los años posteriores crece aún más la fiesta y se compone la marcha mora Chimo, compuesta por José María Ferrero Pastor en 1964, se crean nuevos castillos más grandes para albergar la crecida de la fiesta.
En el transcurso del acto, los capitanes, embajadores y abanderados del año anterior entregan el testigo (arma, pergamino y bandera respectivamente) a sus homónimos del presente, y los portaguiones (encargados de portar el estandarte de su comparsa) reciben la medalla que les acredita como tal.
Tiene lugar el lunes siguiente al tercer domingo del mes de agosto.
Durante más de dos horas, los músicos y las bandas desfilan con pasodobles por las calles Josep Melchor Gomis y Mayans de Onteniente en un emocionante concierto itinerante.
Las agrupaciones de las distintas comparsas morocristianas se visten con sus mejores galas, desplegando un ritmo frenético que culmina en la Plaza Mayor, la cual se llena gradualmente durante el evento.
La competencia se mezcla con la unión, ya que en la Entrada de Bandas de música se pueden escuchar piezas musicales difíciles, recientes, poco conocidas e incluso inéditas.
El nivel de las partituras y las actuaciones es cada vez más notable a medida que avanzaba el evento.
El sombrero y la caña fueron sustituidos por otras prendas que pretendían ser un disfraz, para llegar a ser, hoy en día, una sana competencia por ver quién consigue el disfraz más jocoso o más impactante; representando aquello que está más de moda y una crítica sobre temas de actualidad.
Tiene lugar el viernes siguiente al tercer domingo del mes de agosto.
Entrada Cristiana Por la tarde de ese mismo viernes, a las 18:00, en el cruce entre las calles Violinista Matas y la Avenida Almaig, las tropas de la cruz que forman el bando cristiano van formando y organizándose, preparadas para dar comienzo al gran desfile de la Entrada.
Desde lo alto de un pequeño castillo que allí se encuentra y a la voz de "Per les nostres festes de moros i cristians, per el nostre poble d'Ontinyent i per el nostre Morenet, Avant Cristians, Avant!"
Encabezadas por la comparsa que ostenta la capitanía, el boato que ha sido preparado durante más de dos años empieza a tomar forma en las avenidas de Ontinyent.
El boato es cada año diferente y cada comparsa se encarga de prepararlo con cariño para que el público quede deleitado con lo que la gente del pueblo es capaz de hacer.
Carrozas, ballets, espectáculos, trajes y marchas hechas ex profeso para la ocasión van avanzando hasta llegar al momento álgido de la capitanía, la aparición del capitán/a y su escolta, que precedidos por el boato y las escuadras de su comparsa van recibiendo el calor del público a lo largo del recorrido.
Entrada Mora Al llegar la noche del viernes, a las 22:00, con todas las luces de la calle encendidas para la ocasión y en el mismo cruce de calles, da comienzo la Entrada Mora.
el caos que parece formarse en la calle empieza a cobrar sentido y forma, y con ello, empieza la capitanía de la comparsa que ostente ese año el cargo de capitán/a.
Durante varias horas, desde las 18:00, el espectador ha visto pasar por delante de sus ojos más de 18.000 personas entre festeros, bailarines, músicos y gente que va organizando y acompañando a los festeros que llevan esperando ese día desde hace muchísimo tiempo para poder volver a conectar con el público a través de un acto tan espectacular como este.
El desfile arranca temprano, como su propio nombre indica para despertar a la población.
El acto transcurre por las calles de Gomis y Mayans, ambas comparsas van disparando sus trabucos y arcabuces, produciéndose tres altos, en los que intercambian unas frases, hasta la Plaza Mayor que el parlamento finaliza con los Marineros en el castillo y los Contrabandistas al pie del mismo.
En esta ocasión lo iniciará el bando moro con el orden preestablecido para el año en cuestión.
Los Capitanes, Embajadores y Abanderados, tienen el honor de romper diana, es decir, iniciar el desfile al segundo fuerte del pasodoble elegido previamente para la ocasión.
Tiene lugar el lunes siguiente al cuarto domingo del mes de agosto.
[7] Son una representación simbólica del enfrentamiento entre las dos culturas, una lucha que acaba con el hermanamiento de los dos bandos.