Formalismo (música)

El filósofo y musicólogo estadounidense Leonard B. Meyer, en su Emotion and Meaning in Music (1956),[1]​ distinguió a los 'formalistas' de los que llamó 'expresionistas'.

Esas condenas alcanzaron también a los compositores, cuya experimentación formal se consideraba que habría tenido una mayor valoración sobre los contenidos que no incluyeran la ideología revolucionaria o no reflejase la experiencia de las clases trabajadoras.

[7]​ La proscripción del formalismo no se limitó a la Unión Soviética.

Por ejemplo, en Polonia, inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, el régimen estalinista insistió en que los compositores adoptaran el realismo socialista, y aquellos que no lo hicieron, incluidos Witold Lutosławski y Andrzej Panufnik, vieron prohibidas las interpretaciones de sus composiciones en Polonia por ser 'formalistas'.

Zoltán Kodály se quejaba ante Panufnik de problemas similares al que debían enfrentarse los compositores en Hungría.