Es especialmente conocido por pintar temas femeninos, tanto en interiores como en exteriores, en un estilo que pronto fue definido como impresionismo decorativo.
[1] Eva murió en 1880 cuando Frederick tenía seis años y alrededor de 1881 la familia se trasladó a Florida.
Su abuela, Valetta Gould Graham, disfrutaba pintando y animó a Frederick en sus actividades artísticas.
[3] En 1893, Frieseke se graduó en la Owosso High School y, a continuación comenzó su formación artística en el Instituto de Arte de Chicago,[2] estudiando con Frederick Warren Freer y John Vanderpoel.
Después de trasladarse a Nueva York en 1895,[2] reanudó su educación artística en la Art Students League en 1897.
[4] Trabajó como ilustrador, vendiendo caricaturas que había dibujado al The New York Times, Puck y Truth.
Afirmó que quizá podría haber reducido su educación artística si hubiera tenido más éxito en esa faceta.
[4] En su obra posterior a 1900 se aprecia que su paleta había evolucionado hacia la de los impresionistas, volviéndose ligera y colorida; sin embargo, aún conservaba las fuertes costumbres lineales del arte de los Estados Unidos.
[9] Dijo en una entrevista: "Ningún artista de la escuela impresionista me ha influido, excepto, quizás, Renoir".
[8][4] También mantuvo otro estudio cerca del río Epte y muchos de sus desnudos al aire libre fueron pintados allí.
[2] Sin embargo, su interpretación de la luz del sol a menudo no parecía natural.
[4] Frieseke prefirió las actitudes de Francia a las que había encontrado en Estados Unidos: "Soy más libre y no existen las restricciones puritanas que prevalecen en Estados Unidos; aquí puedo pintar desnudos al aire libre".
[9] Encontró que las actitudes estadounidenses eran frustrantes, pero ocasionalmente suponían una fuente de diversión.
Uno de sus mayores honores fue ganar el Gran Premio en la Exposición Internacional Panamá-Pacífico, organizada en San Francisco en 1915.
[1] The New York Times proclamó en junio de 1915: "El Sr. Frieseke, cuyo trabajo consumado es bien conocido por los neoyorquinos, dice la última palabra en el estilo que era moderno antes de que aparecieran los modernos.