George Quaintance

Aunque las imágenes están impregnadas de interés sexual, Quaintance lograba que fueran lo suficientemente inocentes como para evitar persecución legal.

El artista adoraba a su madre, Ella Belle, quien le convenció en 1933 para que creara un mural para su iglesia, en Stanley (Virginia), donde aparece el artista representado como un apuesto hombre rubio a los pies de Cristo, mural que se conserva sobre la fuente baptismal.

Quaintance creó peinados elaborados para celebridades y estrellas de Hollywood como Gloria Swanson, Jeanette MacDonald o Lily Pons.

Pintó varias series de grandes óleos que describían fuertes vaqueros, indios musculosos y desnudos masculinos inspirados en la mitología y la antigüedad clásica, ejemplos del físico ideal del artista en escenarios dramáticos.

Tras la ruptura, el artista se enamoró de otro hispano, Eduardo, que posó para esculturas, fotografías y pinturas en 1954.

[4]​ Quaintance buscó por toda Arizona, en muchas tribus diferentes, el perfecto modelo indio para su obra.

[5]​ En 1954 el interés por estos trabajos pioneros en el arte gay había alcanzado Europa, y la revista suiza Der Kreis, una de las primeras publicaciones abiertamente gais del mundo, publicó las fotografías e impresiones de Quaintance.

[3]​ En Estados Unidos la obra de Quaintance siguió siendo prominentemente reproducida en las revistas que florecieron siguiendo la estela del Physique Pictorial de Bob Mizer, como Grecian Guild Pictorial, Adonis, Olympic Arts, Demigods, Vim o Young Physique.

Todas ellas era publicaciones homoeróticas ligeramente disfrazadas, dirigidas a un público gay que aunque era potencialmente lucrativo constituía un peligroso mercado; para evitar las leyes anti-gay y anti-porno, asumían el más suave ideal de salud y desarrollo físico masculino.

Según Christopher Shaun Nealon, Quaintance muestra un sentido simultáneo de pertenencia y aislamiento: no se identifica con su familia, al tiempo que se siente ligado a «la experiencia y las memorias de muchas vidas».

Sus modelos mexicanos e indios, dibujados como provenientes de «muchas tribus diferentes», eran utilizados para mantener una distancia antropológica entre el arte del físico y la pornografía.

Bailarines en la Marcha del Orgullo Gay de Milán , 23 de junio de 2007. Los estereotipos presentes en la obra de Quaintance, vaqueros o marineros exhibiendo su musculatura idealizada, siguen vigentes en la cultura gay contemporánea.
Cristopher Shaun Nealon sugiere, en su libro Foundlings: lesbian and gay historical emotion before Stonewall , que «el dilema que Quaintance confronta no ha abandonado la cultura gay masculina, y que lo vemos persistir en las discusiones actuales sobre los significados y el valor de las revistas de músculos, como un entusiasmo hacia descubrir en las revistas beefcake una "herencia" gay.». [ 6 ]