Debido a su sometimiento por los romanos tras el fin de la tercera guerra púnica, han sobrevivido muy pocas fuentes históricas primarias.
En el siglo X a. C., la franja costera del Mediterráneo oriental estaba habitada por varias poblaciones semitas, quienes habían creado florecientes civilizaciones.
Más tarde, Cartago y varios otros asentamientos se convirtieron en ciudades por derecho propio.
Esta situación cambió con el ascenso de Cartago, dado que los cartagineses nombraron a sus propios magistrados para gobernar los pueblos y retuvieron un gran control directo sobre las colonias.
Esta política tuvo como resultado que muchas de las colonias ibéricas tomaran partido por los romanos durante las guerras púnicas.
Un crimen que perpetró su hermano menor, el rey de Tiro, en un intento por reforzar su propio poder.
Ciertos historiadores, como Yann Le Bohec afirman su existencia, aunque haya conocido un periodo de ralentización.
[14] La isla fue el buque insignia de los fenicios desde finales del siglo IX a. C..
Sin embargo, a mediados del siglo VI a. C., vio la derrota de Malco ante la población indígena.
[18][19] Los descubrimientos arqueológicos « revelan una homogeneidad cultural » por todo el territorio sardo,[20] lo que indica la fuerza de la implantación púnica, salvo en la parte Norte-Este, dejada sin duda voluntariamente a la población original.
[28] La situación de Sicilia es compleja: griegos y cartagineses se disputan la posesión desde el siglo V a. C..
[35] El templo principal de Gades, consagrado a Melqart jugó un papel, no solamente religioso, sino también económico, durante toda la Antigüedad.
[42] Según Diodoro de Sicilia, fue tomada en 654 a. C. por Cartago, lo que la haría colonia propiamente púnica, pero la cuestión no está resuelta por los descubrimientos arqueológicos.
[8] María Eugenia Aubet considera por su parte que la isla no se integra al espacio púnico hasta la segunda mitad del siglo VI a. C..
[54] Esta batalla naval es conocida por el relato de Heródoto,[55] pero la arqueología ha desmentido que el sitio fuera abandonado por los griegos: una población griega se mantuvo, con presencia púnica a finales del siglo III a. C., poco antes de la ocupación romana tras la primera guerra púnica.
[18] Lor romanos y sus aliados no podían ir más allá del « Cabo Bon » salvo excepciones.
Tras su llegada a Panormo, es derrotado en la batalla de Hímera en 480 a. C., y muere en combate o se suicida.
Consigue invadir ciudades menores, como Selinunte e Hímera,[62] antes de volver triunfalmente a Cartago, con su botín.
Amílcar Giscón dirige la respuesta cartaginesa con éxito, tomando el control prácticamente de toda Sicilia en 310 a. C., y asediando Siracusa.
[68] En lucha contra Hierón II, los mamertinos piden ayuda a Cartago, y luego se vuelven hacia Roma.
[73] Roma trata en vano de tomar ventaja en el mar, mientras la guerra terrestre prosigue en Sicilia.
[81] Las ciudades africanas dan su apoyo mayoritariamente a los rebeldes,[82][81] y les abastecen de tropas.
Amílcar Barca se alía con los númidas, y usa la diplomacia para suscitar defecciones en el campo adversario.
[80] Cartago quiere reaccionar, pero ante la voluntad romana de reemprender la guerra, se ve obligada a aceptar el hecho consumado.
Esta nueva Cartago tiene como objetivo político promover la romanización del norte de África., región a la vez líbico-numidia, y púnica.,[122] como ilustran las primeras construcciones públicas.
En contrapartida, obtiene el ius italicum, privilegio fiscal, del que también se benefician otras ciudades africanas, como Útica y Leptis Magna.
El período vándalo coincide con una vuelta a las persecuciones,[134] aunque se debe ser prudente sobre su alcance.
Bajo el reinado del emperador Mauricio, Cartago se convierte en exarcado, a imagen de Rávena en Italia.
Los dos exarcados constituyen los baluartes de Bizancio, pues representan los últimos territorios que poseen todavía en Occidente.
El gobernador omeya destruye Cartago, como hicieron los romanos en 146 a. C., y funda Kairouan, que le sustituye como centro regional.