Historicidad de la Biblia

Los descubrimientos arqueológicos en ámbito bíblico[3]​ de los siglos XIX y XX han sido ambivalentes: mientras que unos parecen confirmar la narrativa del Antiguo Testamento, otros la ponen en cuestión.

600 a. C., que contiene una versión de la bendición sacerdotal o bendición aaronita (ברכת כהנים, birkat kohanim):[14]​ "Que el Señor haga resplandecer su rostro sobre ti..." Según la teoría dominante (denominada "primacía griega"),[15]​ el Nuevo Testamento fue escrito originalmente en koiné griega.

Saúl demuestra no ser digno, con lo que Dios elige a David como sucesor.

Ciro emite un decreto que libera a los judíos y permite reconstruir el Templo, donde las Leyes de Moisés son leídas al pueblo.

Antes del siglo XIX, el análisis textual de la propia Biblia era la única herramienta disponible para extraer y evaluar cualquier dato histórico que pudiera contener.

El pasado, para los escritores bíblicos, así como para los lectores de la Biblia del siglo XX, cobra significado sólo cuando se le considera a la luz del presente, y quizá de un futuro idealizado" (p. 4).

[38]​ Un desafío especial para establecer la historicidad de la Biblia es las agudas diferencias entre las perspectivas sobre las relaciones entre historia narrativa y significado teológico.

Desde al menos San Agustín (354–430) ha habido una tradición alegorista, con interpretaciones "claramente en desacuerdo con lo que se percibe comúnmente en el evangelismo como la visión tradicional del Génesis.

El influyente filósofo medieval Maimónides mantuvo una ambigüedad escéptica hacia la creación ex nihilo y consideraba la historia de Adán "más como una antropología filosófica que una narración histórica cuyo protagonista fuera el primer hombre".

[42]​ Los filósofos griegos Aristóteles,[43]​ Critolao[44]​ y Proclo[45]​ habían sostenido que el mundo era eterno.

Para mediados del siglo XVIII los philosophes y enciclopedistas, autodefinidos como "librepensadores" defendían posturas religiosas muy alejadas de cualquiera de las ramas tradicionales del cristianismo (panteísmo, deísmo), cuando no el agnosticismo o el ateísmo.

Voltaire, que consideraba "superstición" cualquier creencia no sostenida por la razón, se dedicó a señalar las contradicciones religioso-científicas de su tiempo:

(p. 224)[51]​ La disputa entre uniformitarismo y catastrofismo mantuvo la hipótesis del Diluvio universal como un punto científico a debatir, hasta que Adam Sedgwick, presidente de la Geological Society, retiró públicamente su apoyo previo a ella en su discurso presidencial de 1831: We ought indeed to have paused before we first adopted the diluvian theory, and referred all our old superficial gravel to the action of the Mosaic Flood.

En la Inglaterra protestante, el filósofo Thomas Hobbes, en Leviathan (1651), negaba la autoría mosaica del Pentateuco, e identificaba los libros de Josué, Jueces, Samuel, Reyes y Crónicas como escritos mucho tiempo después de los acontecimientos que pretendía narrar.

[63]​ William Dever declaró en 1993 que "las tesis centrales de Albright han sido todas refutadas, en parte por posteriores avances en crítica bíblica, pero principalmente por las continuadas investigaciones arqueológicas de jóvenes estadounidenses e israelíes a los cuales él mismo había animado e impulsado...

[64]​ La historia académica de la tradición deuteronómica es similar a la del Pentateuco: la escuela criticista[65]​ sostiene que no se puede utilizar la narrativa bíblica para construir una historia narrativa; la escuela de Albright, estadounidense, sostiene que sí, al contrastarse con el registro arqueológico; y las modernas técnicas arqueológicas demostraron ser cruciales para decidir entre una y otra postura.

Según Donald B. Redford, estos libros muestran múltiples anacronismos como para poder ser un registro contemporáneo a los hechos que narran.

La denominada "búsqueda del Jesús histórico" comenzó en el siglo XVIII, y no se ha detenido.

Los textos más antiguos del Nuevo Testamento que se refieren a Jesús no son los Evangelios sino las Epístolas paulinas, y se suelen datar en torno a los años 50 del siglo I.

[84]​ Estos hallazgos han situado el cristianismo primitivo mucho más en sus raíces judías de lo que se suponía previamente.

En la actualidad se considera que el judaísmo rabínico y la cristiandad primitiva son sólo dos de las muchas ramas del judaísmo que sobrevivieron hasta la revuelta judía del año 66 o 70 después de Cristo.

[97]​ Se ha sugerido que tal cosa podría deberse a la influencia del apóstol Pedro, un pescador.

Hechos retrata a Pablo más cercano a la cristiandad judía, mientras que las Epístolas lo presentan más conflictivo, como en el incidente de Antioquía.Una lectura culta del texto bíblico requiere el conocimiento de cuándo fue escrito, por quién y con qué propósito.

Aunque esta hipótesis ha sido ampliamente modificada con el tiempo, muchos eruditos la aceptan de una u otra forma.

La arqueología es ambivalente: ofrece confirmación de parte del registro bíblico, pero también desafía las interpretaciones "ingenuas".

Las situadas en periodos más antiguos tendrían una base histórica, que sería reconstruida siglos más tarde, y sólo poseen pequeños fragmentos de genuino registro histórico: por definición, las que puedan ser verificadas por la arqueología.

En libros publicados, uno de los primeros que abogaron por la postura minimalista fue Giovanni Garbini (Storia e ideologia nell'Israele antico, 1986).

La localidad a la que Finkelstein se refiere como "Ai" es generalmente descartada como posible localización de la Ai bíblica, ya que fue destruida y enterrada en el III milenio a. C. Tal destacado sitio ha sido conocido por ese nombre desde al menos la época helenística, si no antes.

[118]​ Estos puntos de vista son fuertemente criticados por William G. Dever,[119]​ Helga Weippert, Amihai Mazar[70]​ y Amnon Ben-Tor.

Recientemente Finkelstein, junto con el más conservador Amihai Mazar, han explorado sus zonas de acuerdo y desacuerdo, existiendo señales que parecen indicar que la intensidad del debate entre maximalistas y minimalistas está disminuyendo.

El birkat kohanim hallado en Ketef Hinnom . [ 11 ]
W.F. Albright, el decano de la arqueología bíblica, en 1957
El jardín del Edén , de Lucas Cranach el Viejo .
Primera página de Historia crítica de Simon, 1682.
Estela de Mesa.
San Pablo escribiendo sus Epístolas , por Valentin de Boulogne , ca. 1618.