Ingmar Bergman

Su educación estuvo basada en los conceptos luteranos: «Casi toda nuestra educación estuvo basada en conceptos como pecado, confesión, castigo, perdón y misericordia, factores concretos en las relaciones entre padres e hijos y con Dios», escribe en sus memorias.

[1]​ Muchas de sus obras están inspiradas en esos temores y relaciones violentas.

Su primer guion lo concibió en 1944 a partir de un cuento suyo, Tortura (Hets), que fue finalmente un filme dirigido por Alf Sjöberg.

Simultáneamente a su trabajo como guionista, ejerció como script; y en su segunda autobiografía, Imágenes, Bergman señala que él hizo el rodaje final de exteriores (fue su inicio como director profesional), y que su historia obsesiva y violenta fue retocada por Sjöbert, siendo este el que dio una tensión interior especial al personaje.

[3]​ La película estuvo producida por Victor Sjöström, por lo que Bergman tuvo de este modo un contacto próximo con dos grandes directores.

[4]​ El éxito internacional de Tortura le permitió a Bergman iniciarse como director, un año después, con Crisis.

A continuación rodó dos películas: En el umbral de la vida (Nära livet, 1958), que recibió numerosos premios —es de las primeras obras de cámara del director (con pocos personajes y desarrollada prácticamente en un solo escenario)— y El rostro (Ansiktet, 1959) —única incursión del director en el cine de misterio mezclado con humor negro— con la que ganó el premio BAFTA.

Los críticos trataron las obras como un tríptico y Bergman inicialmente desmintió tal afirmación (argumentando que no había planeado sus rodajes como una trilogía y que no veía similitudes entre los tres filmes), pero terminaría aceptando dicho rótulo para los trabajos por su temática.

[11]​ Bergman rodó una de sus obras más crípticas y polémicas, La hora del lobo (Vargtimmen, 1967), un trabajo tan adorado como criticado por su público debido a su compleja narración y simbolismo.

[12]​ Más tarde Bergman estrenó la que es oficialmente (si no se tiene en cuenta ¡Esas mujeres!)

Con Pasión se pone fin a una etapa ascendente cargada de experimentación y creatividad para Bergman, y a partir de aquí el director se dedicará a ahondar con mayor desasosiego y crudeza en los temas que ya venía tratando en sus trabajos anteriores, con mayor o peor fortuna.

Después se estrenó La carcoma (Beröringen, 1971), primera película rodada íntegramente en inglés y producto puramente pensado para el mercado hollywoodense, del que el propio director renegó años después y que supuso uno de sus mayores fracasos de crítica.

La película contó con la presencia de Ingrid Bergman y retomó la temática de las relaciones familiares deterioradas que ya había trabajado el director en numerosas obras anteriores como El silencio (1963), Gritos y susurros (1972) o poco antes Cara a cara (1976).

Un filme severo, apreciado por el director, rodado en blanco y negro, que gira en torno al asesinato de una prostituta.

Dos dramaturgos, Henrik Ibsen y, sobre todo, August Strindberg, lo influyeron e introdujeron en un mundo donde se manifestaban los grandes temas que tanto lo atraían, cargados de una atmósfera dramática, agobiante y aun desesperanzada, lo que deja una profunda huella en el espíritu del joven Bergman y una marcada influencia en su obra artística.

En algunos casos les servirá para exorcizar, conjurar y dominar los fantasmas que perturban el alma del personaje.

La inquietud que sienten esos personajes es más o menos latente, pero progresivamente irá revelándose ante el espectador, produciendo un efecto de iluminación y a veces solo devastador.

Pero no solo como dramaturgo; en los años 60 pasó al despacho del Dramaten y marcó una época: reorganizó el trabajo interno, abrió los ensayos al público, animó las giras a provincia y el teatro infantil, aumentó los salarios de los actores, rebajó los precios de las entradas atrayendo a los jóvenes, y utilizó su prestigio para, con apoyo del Parlamento, lograr que la cultura sueca repercutiese en el mundo.

En 1951, Bergman hizo nueve cortos publicitarios del jabón Bris para AB Sunlight.

Erik Bergman, durante un sermón en la iglesia Hedvig Eleonora . ca. 1930
Bergman con Sven Nykvist durante el rodaje de Como en un espejo , 1961