Inmaculada Concepción (Hellín)

[6]​: 206–207, 304–305 El 24 de agosto trataron por segunda vez de dirigirse a Murcia, por lo que acudieron a entrevistarse con Marín Ruiz, quien de manera afectuosa engañó a los religiosos con las siguientes palabras: «No hay ningún inconveniente en que ustedes se vayan, y no sólo les facilitaré los salvoconductos, sino que un coche para evitarles nuevos incidentes en los trenes.

[6]​: 207, 305–306 La imagen de la Inmaculada Concepción fue trasladada a la Ermita del Rosario, si bien al parecer sería retirada de allí poco después, siendo supuestamente mutilada y quemada por los refugiados para calentarse,[nota 2]​ aunque de acuerdo con una persona que vivía frente a la ermita, la talla podría haber sido sacada del país por algún experto o entendido en arte.

[nota 3]​ La Virgen se hallaba dispuesta sobre una gran esfera, con el cuerpo cubierto por un manto de traza helicoidal donde destacaba una elaborada policromía.

[nota 4]​ Sobre varias nubes plateadas se apreciaban seis querubines, cuatro de cuerpo entero y dos tan solo con la cabeza tallada, todos ellos juguetones y revoltosos los cuales estaban acompañados de un dragón, símbolo del mal.

Hermosa como Torre de Marfil»), mientras con la derecha atacaba al dragón;[nota 6]​ y por último, en la parte baja otro exhibía una filacteria con la leyenda «TOTA PULCHRA ES MARIA».