Se le recuerda en Melo como «el obispo párroco», porque con frecuencia suplía a los sacerdotes en sus ausencias.
Nombró como vicario general al presbítero Generoso Pérez, que lo había sido de Juan Francisco Aragone en Montevideo.
Lo mismo le daba suplir a un Párroco en sus vacaciones o ausencias que presidir un Congreso.
Creó muchas parroquias nuevas, entre ellas Fray Marcos, Casupá y San Gregorio de Polanco.
Al frente de la Diócesis quedó provisoriamente Generoso Pérez, como vicario capitular.