Estaría encuadrado cronológicamente —que no estilísticamente— dentro la generación de pintores navarros[b] nacidos a finales del siglo XIX y principios del XX junto a artistas como Crispín Martínez, Emilio Sánchez Cayuela "Gutxi", Leocadio Muro Urriza, Karle Garmendia, Eugenio Menaya, Antonio Cabasés, Ignacio Guibert, Juan Viscarret o Pedro Lozano de Sotés y su esposa Francis Bartolozzi, madrileña afincada en Navarra durante más de sesenta años.
Pintor figurativo y paisajista, «contó con gran respeto en su época, fundamentalmente dentro de Tudela y de la Ribera navarra.»[1] Junto con Nicolás Esparza, una generación anterior a la suya, contribuyó al desarrollo del nivel artístico en la Ribera de Navarra en el período entre los siglos XIX y XX, al cual se sumarán otros artistas como Jesús Basiano, José Serrano Amatriain, Rosa Iribarren o Florentino Andueza.
Su madre, Isabel Amatriain (1879-1965), había traído a la familia otros cuatro hijos más.
Más tarde fue Miguel Tello Lacarra como maestro de dibujo quien le trasladó sus conocimientos artísticos logrando, unos y otros, que su nombre figurará en los años 1913 y 1914 entre los premiados relacionados en las listas publicadas por dicha escuela, dentro del apartado de dibujo del natural.
[1] Afiliado a Falange Española de las JONS, la Diputación Foral le encargó un retrato del general Emilio Mola.
Su amigo el pintor José María Monguilot escribiría en la Voz de la Ribera: Entre los años treinta y setenta su producción pictórica generó una notable cantidad de obras demostrando un oficio bien aprendido.