Joyas de pasar

[3]​ En primer lugar, cabe recordar que a la muerte de la reina Victoria Eugenia en 1969, estas joyas recayeron como depositario en el conde de Barcelona y fueron utilizadas por su esposa aunque nunca llegaron a reinar.

Un codicilo testamentario sitúa en primer plano las ocho piezas descritas al vincular su propiedad, ya por tres generaciones, al jefe de la Casa.

Yo, doña Victoria Eugenia de Battenberg y Windsor, Reina que fui de España por mi matrimonio con el Rey Alfonso XIII, de cuyo enlace subsistieron al presente cuatro hijos, llamados Don Jaime, Don Juan, Doña Beatriz y Doña Cristina, por el presente testamento ológrafo ordeno mi última voluntad según las siguientes cláusulas…”.

[4]​ En el primero de ellos se lee: “Las alhajas que recibí en usufructo del Rey Don Alfonso XIII y de la misma Infanta Isabel, que son: Desearía, si es posible, se adjudicasen a mi hijo Don Juan, rogando a éste que las transmita a mi nieto Don Juan Carlos.

Esta fortuna en joyas, se complementa con los regalos hechos por otros miembros de la Familia Real.

La reina Victoria Eugenia luciendo la diadema de las lises y el collar de chatones