Esta obra ocupaba probablemente la pared derecha de la planta baja según se entraba.
Sin embargo, las obras no atrajeron compradores y él mismo las donó, en 1881, al Museo del Prado, donde actualmente se exponen.
Antes del traslado a lienzo, J. Laurent fotografió en 1874 esta pintura mural en la Quinta de Goya, en una pared del salón de la planta baja.
Ahora, en esta pintura más oscura, la procesión puede estar conduciendo a esta misma casa y hacia la imaginación embrujada de Goya.
La excepción es una figura a la derecha cuyo rostro se ve de perfil y parece gemir o cantar.