Las corsarias

Europa entró en la Primera Guerra Mundial, contienda que duró desde 1914 hasta noviembre de 1918.

[1]​ Después de la guerra del 14 empezó a notarse en España un gran cambio en las costumbres sociales.

[1]​ La obra tuvo un éxito prodigioso —especialmente la música— en varias capitales de provincia: En Madrid se dieron más de mil representaciones seguidas; en Valencia se representó en dos teatros a la vez, lo cual dio lugar al súbito enriquecimiento del empresario del teatro Ruzafa (Russafa) que pudo comprarse una huerta a la que llamó «Las corsarias».

[4]​ La trama es muy simple, pero está llena de situaciones inverosímiles y enredos, todo intercalado por números musicales desconectados del argumento.

La papeleta cae en manos de la corsaria más fea, pero se descubre el engaño: fray Canuto es en realidad Serafín, un hombre casado que tiene siete hijos.

[4]​ En 1935, el escritor argentino Jorge Luis Borges publicó su primera antología de cuentos titulada Historia universal de la infamia, en la cual la tercera pieza del libro se titula La viuda Ching, pirata y comienza con una alusión a esta zarzuela, que dice así:

Francisco Alonso en 1927.
Partitura de la obra con el pasodoble, editado en 1920 por la Unión Musical de Madrid
Portada de una edición del libreto de Las corsarias para la colección La Novela Teatral , con una caricatura del escritor Marciano Zurita por Tovar (1920).