Leyendas de Guatemala

Durante esta época, se acostumbraba en los conventos a leer los relatos sobre la vida de los santos y mártires.

Los elementos participantes en las leyendas de Guatemala son los siguientes: Un nahual, es un espíritu protector que cada persona trae desde su nacimiento.

Estos son benignos y no requieren nada a cambio más que no se le cuente a nadie el secreto ya que de ser así, el tesoro terminará en carbón o en alguna plaga como gusanos.

Cada lugar, región y pueblo, posee una leyenda autóctona que no se da en otro.

Cuentan las historias que quienes la han escuchado ya no pueden caminar, su paso se hace más pesado y lento y sienten un aire tan frío, con la presencia de este ser sobrenatural, que casi les paraliza el corazón.

Según la leyenda, la Siguanaba se aparece frecuentemente en áreas solitarias, especialmente en barrancos.

En el momento en que ya se los ha ganado, muestra su rostro con apariencia de caballo.

Sus víctimas ven sus ojos rojos y la piel arrugada, sus uñas crecen al momento en que desata una risa aterradora.

Se desconoce su origen exacto, pero Adrián Recinos le atribuyó dos posibles raíces.

Otros ligan el vocablo a la palabra k’iche’ tziguán, que quiere decir barranco o precipicio.

[2]​ La siguanaba se les aparece a las personas borrachas o malas, normalmente por las noches, en la madrugada.

Viste de negro con un cinturón muy brillante, usa un sombrero grande y unas botas con tacones que hacen ruido al caminar.

Es un espíritu doméstico y solo les causa daño a las personas para defenderse.

Citlatzin era conocida en toda la región por su gran belleza y por su dulce voz al cantar.

A Citlatzin no le faltaban pretendientes y estaba prometida con el hijo de otro cacique importante.

Los ríos, muy preocupados, preguntaron al viento cuál era el motivo del repentino silencio de Citlatzin.

Este le contó sobre su relación con Tzilmiztli y los vientos se llenaron de furia.

Estos cambios de presión se desplazan muy rápido generando fuertes turbulencias sobre el lago.

De repente, despertó por el frío que sintió y recordó lo ocurrido la noche anterior.

En ese momento pensó que temerle a un carruaje había sido algo absurdo.

Desde entonces, tanto Mario como su amigo se esconden donde pueden cada vez que escuchan el sonido de un carruaje, sobre todo por las noches.

Hay quienes afirman que a pesar de su particular sonido, el carruaje no rueda sobre las calles sino vuela.

Una noche la hija estuvo a punto de cumplir su sueño, pero por el egoísmo y la ambición del dueño del dinero enterrado en secreto, la condenó por la eternidad y perdió la oportunidad de obtener su sueño.

El joven utilizaría toda su astucia e ingenio, que un día heredaron sus ancestros, para enamorar a esta joven, convirtiéndose en un ave de hermoso plumaje, un colibrí, que terminó posándose sobre el tejido y convirtiéndose en parte del mismo.

Relata el autor, que desde entonces, cuando se mueve hay fuertes terremotos y temblores en Guatemala.

Cuenta la historia que en el altar mayor de una iglesia aparece un cura revestido con capa pluvial ofrendando misa y repartiendo oro entre los pobres.

Existen infinidad de relatos sobre leyendas en Guatemala, pertenecientes a regiones o grupos sociales específicos, cada uno tan maravilloso como el otro.

La Siguanaba , Leyenda
La Llorona