Una cota de esta armadura suele llamarse en inglés hauberk, y a veces byrnie.
Al ser la armadura estándar para la infantería y caballería, provocó desarrollos armamentísticos como la punta bodkin, que abría boquetes expandiendo las anillas.
Los anillos sin remachar podían tener una sección cuadrada, siendo el grosor del metal cercano a la diferencia entre el diámetro exterior e interior[cita requerida].
Hay pruebas de que los anillos a veces eran estañados, dorados o inscritos[cita requerida].
La armadura de malla medieval normalmente se dividía en varias piezas: el camisote o cota, el almófar y las brafoneras, aunque apareció también en otros elementos como el alpartaz.
Se cree que la República romana entró en contacto por primera vez con la malla luchando contra los galos en la Galia cisalpina, ahora Norte de Italia.
La malla de los combatientes muertos era saqueado con frecuencia y el nuevo propietario lo usaba o lo vendía a un precio lucrativo.
En el siglo XIV, la armadura de placas articulada se usaba comúnmente para complementar la malla.
Estos tres tipos de armadura constituían la mayor parte del equipo utilizado por los soldados, siendo la malla el más caro.
Sin embargo, cuando la malla estaba remachada, armas como lanzas, estoques, hachas de petos, alabardas, arcos largos y ballestas[28][29] eran necesarias para atravesar la armadura.
[31] Los guerreros vestidos con armadura de malla solían llevar un casco sobre el almófar para protegerse la cabeza.
Los cirujanos medievales eran muy capaces de fijar y atender las fracturas óseas producidas por armas contundentes.
[32] Sin embargo, con la escasa comprensión de la higiene, los cortes que podían infectarse eran un problema mucho mayor.
La malla actual es de uso común entre los biólogos marinos que estudian a los tiburones y en profesiones donde se manejan herramientas afiladas.