Históricamente, el dispositivo más común para producir estos pulsos es el disco de marcar del teléfono.
Para ser identificados, a los suscriptores del servicio les fue asignado un número telefónico único por cada circuito.
La primera central telefónica automática diseñada por el empresario estadounidense Almon Brown Strowger y su sobrino Walter S. Strowger[1] fue abierta en La Porte (Indiana), Estados Unidos el 3 de noviembre de 1892, con equipos fabricados por la compañía Strowger Automatic Telephone Exchange y utilizó aparatos telefónicos que tenían tres manipuladores telegráficos, que debían ser pulsados en un número adecuado de veces para controlar indicar al equipo de la central el número del receptor y un cuarto manipulador era usado, si el usuario se equivocaba al marcar.
[3] Los pulsos eran enviados cuando el usuario giraba el disco hasta una posición de tope diferente para cada dígito transmitido.
Este mecanismo fue pronto refinado para incluir un resorte recuperador y un regulador centrífugo para controlar la velocidad de retroceso, innovación que ya aparecía en 1905.
[4] El usuario seleccionaba un número mediante la inserción de un dedo en el orificio del disco giratorio correspondiente hasta un tope.
En 1963, Bell System introdujo la tecnología de marcación por tonos conocida también como DTMF (Dual-Tone Multifrequency, en idioma inglés) bajo la marca registrada Touch-Tone utilizando teléfonos con teclado.