[8] En la fecha de creación el citado monarca, como rey de Sicilia, «erigió en principado» esta «tierra», que poseía el concesionario por derecho de Isabel María Alliata Lanza y Barresi, su segunda mujer.
La propiedad se transmitió —al menos hasta 1837— a los siguientes príncipes, descendientes por línea primogénita de dicho matrimonio y que sucedían en el feudo y título por investidura regia.
El feudo y principado de la Sala de Partinico quedaron agregados al mayorazgo que fundó el concesionario en 1682, y que es la disposición por la que se rige la sucesión del título.
Llamaba a poseerlo en primer lugar, como primogénito, a Gonzalo de Trelles y Alliata, su único hijo varón, nacido del segundo matrimonio del otorgante con Isabel María Alliata, y a sus descendientes legítimos con llamamientos regulares.
Según Gonzalo Anes, las rentas situadas en Asturias y el Bierzo sumarían unos 10.000 ducados anuales, y el caudal vinculado total llegaría a los 20.000 ducados de renta.
A la hora de invertir su fortuna, Benito de Trelles mostró poco interés por las tierras, y prefirió en cambio comprar censos —en muchos casos tomados por instituciones públicas— y rentas públicas enajenadas.
Esto se reflejó en el patrimonio fundacional del mayorazgo, en el que figuraban entre otros activos: A este mayorazgo quedó también sujeto el palacio de los Duques del Parque, edificado en Oviedo a partir de 1725 por la segunda poseedora, Isabel María de Trelles y Valdés, V duquesa del Parque y III princesa de la Sala de Partinico, nieta del fundador.
Fue hijo segundón de solariegos asturianos y descendía por cuatro costados de antiguos linajes hidalgos del Occidente del Principado.
[21] Casó dos veces: primera en Nápoles en 1647 con Teodora Carrillo de Albornoz Carroz y Simó, II marquesa de Bonanaro, que trajo en dote 20.000 ducados y poseía además numerosos feudos en Cerdeña: entre ellos, los estados de Bonnanaro y Torralba.
Estaba viuda y sin prole del santiaguista Fernando Azcón, lugarteniente que fue de la Sumaria de Nápoles y regente por esta provincia del Consejo de Italia,[22] cargo que después desempeñó Trelles.
Esta señora aportó una dote muy crecida,[23] que incluía entre otros bienes ciertos feudos en Sicilia por los que era llamada duquesa del Parque y baronesa de Rechulfo.
[26] En 1683 elevó un memorial al rey Carlos II solicitando la conversión en títulos de Castilla de las mercedes otorgadas a su padre en Italia.
Fue el primer «posseedor del opulento Mayorazgo que fundó su padre, pero manifestándose agraviadas sus hermanas, hizo con ellas nueva transacción, en que no poco disminuyó el valor del Mayorazgo, a que se agregó la pérdida de la vara de Alguacil Mayor del Consejo de Italia (que quedó suprimido), baxa de Juros y Cientos y otros Efectos, que se fueron perdiendo, y todo contribuyó a disminuir la gran renta de este Mayorazgo.»[26][4]
Y también compraron y dotaron una capilla, que decoró el mismo arquitecto, en la iglesia del vecino Colegio de San Matías, de jesuitas, actual templo parroquial de San Isidoro el Real.
Esta creación de grandeza fue después «desdoblada» y aplicada también al ducado del Parque, que figura oficialmente con grandeza de igual antigüedad.
De este matrimonio no quedó prole supérstite, aunque tuvieron al menos una hija llamada
Tras enviudar de la duquesa del Parque, antes citada, y habiendo heredado la mayoría de sus títulos, contrajo segundas nupcias en 1839, ya sexagenario, con Josefa del Corral García, de la que también enviudó en 1853.
Con su segunda mujer tuvo seis hijos, que todos eran menores cuando él murió y entre los cuales hizo distribución legal de sus títulos:[59]
En el ducado del Parque le sucedió su hermano mayor:• Lorenzo José Fernández de Villavicencio y Corral (1841-1896), natural de Génova.
Y no queriendo pedir la sucesión e investidura al Rey de los garibaldinos, dejó vacar este título de príncipe (aunque lo usaba en su titulatura), sin que fuera reconocido por el reino de Italia.
Y a estos bienes y rentas se agregaron después otros muchos por el matrimonio del V príncipe con la marquesa de Castrillo, que era muy hacendada en la Alcarria.