En 1524 tomó el hábito franciscano en Parthenay,[2] se ordenó sacerdote seis años más tarde en Aquitania.
Estudió artes y teología en la Universidad de Toulouse.
La publicación de esta última obra causó gran polémica debido a que Vasco de Quiroga solicitó al arzobispo Montúfar recoger los libros impresos pues él no había revisado ni aprobado el texto de Gilberti.
El conflicto se extendió hasta el inquisidor Esteban de Portillo, los sacerdotes diocesanos descalificaron el texto que no querían traducir, la militancia franciscana y origen francés de Gilberti no le favorecieron.
En 1576 los inquisidores Ávalos y Bonilla hicieron nuevas gestiones ante el Consejo de la Inquisición de España para conseguir la autorización de las obras impresas del Diálogo señalando que todo se debía a “algunas envidias de los clérigos del obispado de Michoacán contra fray Maturino Gilberti”, al año siguiente el Consejo contestó que los ejemplares deberían seguir siendo retenidos.