El tema central del curso fue "La filosofía de la historia, según Fichte".
Durante ese año, Loyola realizó toda la labor que había pertenecido a Mann.
Pero a partir de 1919, Salas Díaz asumió a su cargo todo lo concerniente a Pedagogía, mientras que Psicología, Lógica y demás disciplinas filosóficas fueron asumidas por Loyola (no obstante, no sería hasta 1923 que habrían exámenes separados de "Filosofía" y "Pedagogía").
[35]Loyola organizó sistemáticamente las materias, enseñándolas en este orden: También en 1918 (tras un intento previo en 1910), creó junto a Santiago Labarca la Universidad Popular Lastarria (UPL), la cual tenía como fin la instrucción de los obreros y trabajadores manuales, con el propósito de promover y permitir el avance del proletariado.
Ya en 1916 había evidenciado una creciente frustración con la dirección política e intelectual de la organización, criticando a los estudiantes por protestar y criticar sin ofrecer un programa positivo propio:[46] Su reformismo lo distancia del carácter revolucionario de la FECh, renunciando a ella y a las instituciones afines:[47] Se le acusó de volverse reaccionario.
Este fue dictado por Arcadio Ducoing, Ricardo Dávila Silva y Pedro León Loyola.
[56] Aproximadamente a las 3 de la tarde, se produjeron agitaciones entre los asistentes que termianron en represión militar y policial.
[57][58] Al ser un evidente caso de atropello de las libertades civiles, numerosos diputados, entre ellos Pedro Aguirre Cerda, exigieron su liberación inmediata e incondicional, la cual fue concedida ese mismo día.
En respuesta a la destrucción del Hogar de Estudiantes, Loyola, así como otras organizaciones y personas naturales, colaboraron monetariamente para su reconstruccón.
En su lugar, aspiraban a una universidad con mayor independencia de las facultades, autonomía y libertad de cátedra, donde tanto estudiantes como docentes pudieran participar y enseñar libremente, promoviendo una mayor democratización en la educación.
La situación no haría sino más que demandar con mayor urgencia la necesidad de una Reforma Universitaria en Chile.
El conflicto culminaría con la salida de Amunátegui del cargo al año siguiente.
[67] Por encargo del Rector Gregorio Amunátegui Solar, Loyola realizó un discurso para estrenar dichos seminarios, donde resumió el desarrollo del pensamiento medieval-moderno y el caso particular de Francia.
[72] El antimilitarismo y el libertarismo de Loyola serían una constante en su vida política, lo que le valdría ser perseguido políticamente e injuriado públicamente, a la vez que éste se comprometió expresamente con la causa antidictarorial.
[73][74][75][76][77] Una vez la Junta Militar fue derrocada, se llamó a Arturo Alessandri para que reasumiera su cargo como Presidente.
[86][87][88] Este hecho, sumado al descontento generalizado que devino en disturbios y en la clausura temporal del Instituto.
[102] La vida personal de Loyola no se queda atrás en momentos memorables.
[105]En 1931, a Loyola le toca vivir un momento crítico en la historia política chilena:[106]
Además de su firma, consignan en él los nombres de Ernesto Montenegro, Joaquín Edwards, Domingo Melfi, Ricardo A. Latcham, Alberto Romero, Guillermo Feliú, Carlos Préndez Saldías, Joaquín Ortega Folch, Manuel Vega, Jenaro Prieto, Lautaro García, José Santos González Vera, Eugenio Orrego Vicuña, Alejandro Baeza, Sady Zañartu, Roberto Mesa Fuentes, Januario Espinoza del Campo, Jerónimo Lagos Lisboa, Jorge Schneider Labbé, Ángel Cruchaga Santa María, Alberto Mackenna Subercaseaux, Alberto Cabero, Eleazar Vergara, Antonio Acevedo Hernández y Fernando Celis.
La Universidad de Chile no se mantuvo al margen del acontecer nacional.
Narrado en tercera persona, Loyola comenta el hecho en sus memorias:[113] Al realizarse inmediatamente después las elecciones de rigor, entregó el puesto a Armando Larraguibel, quien le ganó las elecciones por 108 contra 71.
[130] Habiendo declinado ser el primer Presidente de la Sociedad Chilena de Filosofía, sucediendo a Molina en el cargo tras su renuncia, y posteriormente fue proclamado Presidente Honorario Vitalicio.
Pero he consagrado mi vida —eso sí— al estudio y la enseñanza de esa disciplina".
En Una oposición fundamental en el pensamiento moderno, Loyola explora el desarrollo del pensamiento moderno, destacando cómo la causalidad y la evolución han sido explicadas filosóficamente a lo largo de la historia.
La clasificación, influida por Comte, refleja una tendencia común en Chile hacia la obsesión por clasificar las ciencias.
[142]En su calidad de profesor, Loyola se alzó sobre los cánones de la filosofía chilena tradicional —en la que hasta ese momento predominaba el positivismo y el industrialismo— con un pensamiento propio, contrario al materialismo y próximo al idealismo y al laicismo,[143] influenciado principalmente por el espiritualismo francés, objetivado en las obras de Jules Lagneau, Émile Boutroux, Jules Lachelier y Henri Bergson:[144]
[145] Estertores del neokantismo también entraron a las aulas chilenas por la vía de Loyola.
Entre ellos, destacan: Jorge Millas, Roberto Munizaga Aguirre, Luis Oyarzún, Eugenio González Rojas, Luis Gómez Catalán, Ambrosio Rabanales, Santaigo Vidal Muñoz, Guillermo Feliú, Pedro Zuleta Guerrero, Viola Soto Guzmán, Marcos Flores y Mario Ciudad.
[157] Su originalidad y carácter fundacional lo llevó a ser considerado parte del grupo de los Grandes Solitarios, junto a Enrique Molina, Osvaldo Lira y Clarence Finlayson.
[158]Francisco-Miró Quesada Cantuarias afirma que Loyola, junto a Molina, son los forjadores de la filosofía como quehacer disciplinar en Chile.