Práxedes Gil-Orozco Bastidas

Allí tuvo sus primeras andaduras en la música tras poder recibir clases de guitarra del afamado profesor Francisco Rocamora.

También tuvo la oportunidad de conocer a los famosos guitarristas, Francisco Tárrega, José Martínez Toboso y Severino García Fortea, con los cuales desde entonces ya pasaría a mantener una amistad que le duró de por vida.

Allí en Brasil, además su trabajo como músico, decidió emprender al mismo tiempo algunos negocios que le hicieron ganar cierta fortuna.

Al regresar a Brasil, ya con su esposa, reanudó su actividad empresarial y en el periódico “La Iberia”.

Aunque su salud cada vez se iba resintiendo más, él guiado de su gran pasión por la guitarra siguió dando algunos conciertos ocasionales para sus paisanos, incluso media para que lleguen a la población algunos de los más afamados músicos del momento, escribía artículos apasionados sobre estas actuaciones en la prensa local como provincial y trabajó durante un breve periodo como oficial de secretaría en el ayuntamiento.