Es por esta razón, y en ánimos de seguir reverenciando a sus antepasados, que continuaron teniendo presente la locución bagua.
[5] Otra conexión lingüística e histórica Caribe-Bagua la encontramos en la Relación anónima de la tierra de Jaén, correspondiente al siglo XVI, allí se registra el término tuna como parte del idioma bagua; el vocablo tuna fue reconocido por Paúl Rivet (Rivet 1934: 246) e indicó que pertenece al fondo propio y característico de la familia lingüística Caribe.
[6] Antes de que se sepa acerca del grupo étnico Bagua, los recién llegados se vieron en la necesidad de plantear sus propias explicaciones, siendo el general los resultados divergentes por completo a los métodos y técnicas usados por la toponimia.
Fue la arqueóloga Ruth Shady quien inició los trabajos de investigación arqueológica, indicando que las evidencias más antiguas se encuentran en la parte baja del valle Utcubamba, donde identificó alfarería de las tradiciones Morerilla, Bagua y El Salado.
[15] Los templos ceremoniales de la cultura Bagua se encuentran ubicados en el yacimiento arqueológico Las Juntas y Casual.
En estos lugares se han descubierto las pinturas murales más antiguas de la amazonia sudamericana.
Los antiguos bagua sepultaban a sus muertos en cápsulas de arcilla conocidas como urnas funerarias.
Según el documento de Diego Palomino denominada Relación de las provincias que hay en el Chuquimayo (Chinchipe), los Bagua eran expertos nadadores, cultivaban la tierra, tenían sus viviendas en la orilla del Río Bagua (hoy río Utcubamba).
[16] A partir del siglo XVI los españoles hacen sus primeras incursiones en lo que es hoy tanto las provincias de Bagua y Utcubamba.
En el año de 1549 Diego Palomino recorre el valle del Utcubamba, luego se dirige tanto a lo que actualmente es Jaén y San Ignacio para fundar en la margen izquierda del chinchipe la primitiva Jaén.
A Evaristo Rojas Julca sólo pudo doblegarlo el paso del tiempo, convirtiéndose en el primer alcalde provincial de Bagua.
Cuando se producía caza de venados el león enfurecido daba fuertes rugidos desde lo alto del cerro para asustar a los cazadores.
Desde la época del virreinato se difundió la fe católica por los conquistadores, hoy profesada por la mayoría de la población.
Actualmente el obispo de Chachapoyas, Emiliano Antonio Cisneros Martínez, OAR.,[20] tiene bajo su jurisdicción religiosa a Bagua, mientras que párroco local es el pbro.