Estas hornacinas están enfrentadas debido a que la calle central y las calles que la enmarcan presentan una disposición similar a la de los retablos de tipo cascarón.
Estas dos hornacinas presentan sobre ellas, en el friso, un rostro en altorrelieve enmarcado por rocalla, mientras que a ambos lados están flanqueadas cada una por columnas salomónicas cubiertas de hojarasca y coronadas por capiteles corintios.
En el banco, directamente bajo cada uno de los cuatro pilares, destacan ménsulas rematadas en su parte inferior con la cabeza alada de un ángel, estando toda la predela cubierta con rocalla al igual que el resto del conjunto.
El ático se apoya sobre una cornisa moldurada y escalonada en cuyo centro, enmarcado por un frontón partido curvo, se erige una hornacina presidida por una talla de San José cargando al Niño Jesús en su regazo.
[2] Dada la dificultad de trabajar sobre un andamio en una zona de paso tan estrecha, para poder llevar a cabo estas tareas se requirió desmontar la obra, la cual fue restaurada en las propias dependencias del alcázar.