Retrato del cardenal Fernando Niño de Guevara

Niño de Guevara aparece con una expresión adusta y severa, muy bien concebida por el Greco.

El hábito cardenalicio de seda roja que viste está entreabierto, dejando ver una rica alba con encajes blancos.

El suelo de mármol forma dibujos en blanco y negro, acentuando la perspectiva.

[9]​ Cossío considera este retrato como el más espléndido entre todos los del Greco.

[10]​ Según Gudiol, esta pintura remarca tanto lo que es personal como lo genérico del personaje, Ello, junto con la excelencia técnica, convierten a este lienzo en uno de los mejores retratos de todos los tiempos.