En el tiempo que enseñó en la Pontificia Universidad Gregoriana, Leiber continuó asesorando a Pacelli, quien entonces era Cardenal Secretario de Estado.
[3] En 1948, el Vaticano emitió una monitum (advertencia) al grupo, debido a su preocupación de que las actividades pro-sionistas del grupo estuvieran «promoviendo la indiferencia religiosa (la creencia de que una religión es tan buena como la siguiente)».
Tras sufrir ataques de asma agudos por muchos años, Robert Leiber falleció en Roma en 1967.
[10] Después de la guerra, Leiber comenzó a participar activamente en los debates sobre el legado de Pío XII durante el Holocausto, muchas veces escribiendo o hablando públicamente,[11] siempre como un «defensor acérrimo» del pontífice.
[13] Lieber relató al historiador neerlandés Ger van Roon que creía que Pío XII no quiso hablar claramente sobre el Holocausto porque «quería constituirse en pacificador durante la guerra» al mantener la neutralidad e independencia de la Santa Sede.
[11] En este punto, Leiber y Francis d'Arcy Osborne, otro contemporáneo cercano al pontífice, están de acuerdo.
Muchos conventos y monasterios ayudaron, pero no en la extensión que sostiene Robert Leiber, el más cercano colaborador del papa».