Los Rostra del divino Julio o de César divinizado, también Rostra de Diocleciano (en latín: Rostra Iulii, Rostra ad Divi Iulii[1] o Rostra Diocletiani) se construyeron en el Foro Romano al mismo tiempo que el templo de César a finales del siglo I a. C. Se trata de una tribuna decorada con espolones (rostra) destinada a los magistrados y oradores para dirigirse a la multitud.
Los rostra de César divinizado se construyeron ante el templo de César y daban a los rostra imperiales del otro lado de la explanada del Foro.
Estos rostra se inauguraron en el año 29 a. C. por Augusto, el mismo año que la Curia Julia y el templo de César.
Los rostra fueron desenterrados en 1874 pero, identificados por error con los cimientos de una torre medieval, los restos fueron destruidos.
[2] Se distinguen los espolones (rostra) fijados en su fachada.