Sinfonía n.º 33 (Haydn)

Según esta hipótesis la obra pertenece a los años de mecenazgo del conde Morzin, con trompetas y timbales que se unen al complemento habitual de cuerdas, dos oboes y dos trompas.

[6]​ En aquella época se solía emplear un fagot para amplificar la voz del bajo, incluso sin una notación separada.

En cuanto a la participación del clavecín como bajo continuo en las sinfonías de Haydn existen diversas opiniones entre los estudiosos: James Webster se sitúa en contra;[7]​ Hartmut Haenchen a favor;[8]​ Jamie James en su artículo para The New York Times presenta diferentes posiciones por parte de Roy Goodman, Christopher Hogwood, H. C. Robbins Landon y James Webster.

No obstante, existen grabaciones con clavecín en el bajo continuo realizadas por: Trevor Pinnock (Sturm und Drang Symphonies, Archiv, 1989-1990); Nikolaus Harnoncourt (n.º 6–8, Das Alte Werk, 1990); Sigiswald Kuijken (incluidas las Sinfonías de París y Londres; Virgin, 1988-1995); Roy Goodman (Ej.

Esta última característica pudo haber permitido a Haydn, que normalmente dirigía desde el teclado, improvisar con mayor libertad.

Es un tanto extenso y el compás de 3/4 resulta estilísticamente inusual para la época, pero su carácter es festivo.

La exposición consiste más en un "complejo temático" que en dos o tres temas bien definidos, incluyendo el tema de apertura basado en quintas de trompa, uno "felino" más lírico y otro saltarín, entre otros.

Haydn hacia 1770.