Desde este Aeródromo se realizaron los primeros vuelos de transporte aerocomercial hacia muchas localidades del país, como Santa Ana, Bariloche y Comodoro Rivadavia y también a otras localidades de países vecinos, como Montevideo, Asunción, Pelotas y Porto Alegre.
También en el Aeródromo de San Isidro, utiliza algunos AIRCO DH.6 para su Escuela de Vuelo y desde allí sale a hacer vuelos de demostración y bautismo por toda la Provincia de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos, para que el público se acostumbre volar y a ver como otros vuelan.
En algún momento llegaron a emplear ocho biplanos de este tipo, con sus pilotos, participando simultáneamente en estos recorridos y empleando 30 mecánicos.
Ese año, la Rioplatense de Aviación cumple un servicio postal no regular contratado con el Correo Argentino y en diciembre de 1923 la empresa inauguró un Servicio Aéreo Regular Internacional de pasajeros, carga y correo con botes voladores, utilizando dos anfibios Vickers Viking IV, cumpliendo una frecuencia diaria entre la Dársena Norte del Puerto de Buenos Aires y el Muelle Maciel en Montevideo.
Estos botes voladores, al ser anfibios, podían alojarse en los hangares del Aeródromo de San Isidro, donde también recibían el mantenimiento diario.