Sonata para violín n.º 2 (Schumann)

Las dos sonatas para violín y piano de Schumann fueron creadas bastante más tarde que otras piezas camerísticas suyas que han alcanzado más renombre, tales como los Tres cuartetos de cuerda Op.

[6]​ Durante gran parte de ese año el compositor trabajó en obras en tonalidades menores.

Se trata de un movimiento tempestuoso que recuerda al del Trío con piano n.º 1 Op.

El cuarto compás de este tema contiene un ritmo sincopado distintivo que desempeña un papel en el enlace con el segundo sujeto, y también se utiliza ampliamente en el desarrollo.

Cuando el tempo cambia a Lebhaft (Vivace), el violín presenta tranquilamente su tema giratorio de seis compases que traza la tríada tónica, moviéndose en robustas blancas sobre unos vibrantes arpegios en el piano.

Schumann transforma el tema principal en la sección de desarrollo, manteniendo al mínimo la interacción entre los instrumentos.

[2]​ El segundo movimiento, con la indicación Sehr lebhaft que quiere decir "Muy animado", está escrito en si menor y en compás de 6/8.

Los vínculos temáticos con el scherzo dan sabor al movimiento lento, titulado "Simplice" y en sol mayor.

La penúltima variación recuerda tanto la figuración como el material del scherzo y su coda une aún más las piezas, de tal manera que ambas parecen estar inextricablemente entrelazadas.

Una vez más recuerda a Brahms; esta vez su Sonata para piano n.º 2 en fa sostenido menor de 1854, en la que el tema del movimiento lento genera de forma tan sorprendente el motivo principal del scherzo.

Esta vez el segundo tema que es más lírico ofrece un verdadero alivio a la intensidad predominante de la música.

[2]​ Hay una extensa coda en la mayor cuyo brillo arduamente conseguido constituye una espléndida conclusión de la obra en su totalidad.

Robert Schumann en 1850.