[1] Entre los factores motivadores estaban el temor a represalias y atrocidades por parte de los Aliados —especialmente del Ejército Rojo—, la propaganda nazi que glorificaba el suicidio como preferible a la derrota y el desaliento después del suicidio de Adolf Hitler.
[1] El psiquiatra alemán Erich Menninger-Lerchenthal señaló la existencia de un «suicidio masivo organizado a gran escala que no había ocurrido previamente en la historia de Europa [...] hay suicidios que no tienen nada que ver con enfermedades mentales o alguna desviación moral e intelectual, pero predominantemente con la continuidad de una fuerte derrota política y el miedo a ser considerado responsable».
[3] Hubo varias razones por las que algunos alemanes decidieron terminar con sus vidas en los últimos meses de la guerra.
En segundo lugar, muchos nazis habían sido adoctrinados en una lealtad incuestionable al NSDAP y con ella su ideología cultural de preferir la muerte a vivir en la derrota.
Muchos funcionarios del NSDAP y personal militar eran muy conscientes de que enfrentarían un castigo severo por su atroz conducta durante la guerra.
[7] Existen numerosos casos documentados en los que los padres mataron a sus hijos antes de suicidarse ellos mismos.