[1][2] Había evidentes diferencias lingüísticas entre al menos una parte de José y las demás tribus israelitas.
En estos territorios abundaba el agua, un bien preciado en Canaán, y las porciones montañosas no sólo ofrecían protección, sino que resultaban ser muy fértiles;[3][4][5][6] Los primeros centros de la religión israelita -Siquem y Shiloh- también estaban situados en la región.
A partir de esto los estudiosos creen que José fue originalmente considerada una sola tribu, y sólo se dividió en Efraín y Manasés más tarde.
Varios eruditos bíblicos y arqueólogos, sobre todo William G. Dever, sostienen que las tribus de José representan una segunda migración de israelitas a Israel, posterior a la de las tribus principales; y que sólo las tribus de José fueron esclavizadas en Egipto y regresaron, mientras que las tribus israelitas principales simplemente surgieron como una subcultura de los cananeos y habían permanecido en Canaán durante todo ese tiempo.
Según los eruditos textuales, la versión jahwista de la historia es notable por tener sólo a las tribus de José entre estos emigrantes, ya que narra sólo a Jacob como habiendo conocido a Raquel, y las matriarcas de las otras tribus israelitas, Lea, Bilha, y Zilpa, no aparecen.