Muy prolífico, le debemos numerosos bustos en coral blanco,[4] así como temas polinesios innovadores como el tamaaraa tahitiano (almuerzo tahitiano), la caza del cerdo e incluso los bajorrelieves en madera preciosa.
En 1978 Patrick O'Reilly dedicó un libro al escultor: Maderas legendarios de Mara, sculptor Tahitien, publicado por Hachette Pacifique.
[8] Tras su muerte en 2005, el escultor cayó rápidamente en el olvido, hasta que un galerista argentino, Miguel Hunt, lo redescubrió en 2012 y reunió una colección de esculturas que dio lugar a varias exposiciones en 2014.
[9] Además de numerosas imágenes, hay textos de Jean-Luc Coudray y Jean Duday, así como entrevistas con los hijos del escultor, que nos permiten recorrer su biografía.
[12] Su hijo Gilles Mateha Mara continúa esculpiendo madera, piedra y coral en el estilo iniciado por su padre.