Durante el descenso para aterrizar en el aeropuerto de Samara-Kurúmoch, el comandante apostó con el primer oficial que podría aterrizar con las cortinas de la cabina cerradas usando solo una aproximación instrumental.
[2][3] Minutos más tarde el avión se estrellaría contra la pista y perderían la vida 70 de sus 94 ocupantes.
Al ver que el comandante no abría las cortinas, un segundo antes del impacto, y cuando estaban solo a 10 metros de altura, el ingeniero volvió a abrir las cortinas.
Tras el impacto, el ala izquierda se rompió y el combustible del avión se desparramó, y la parte principal del avión empezó a arder.
[3] El comandante del vuelo, Klyuyev sobrevivió al accidente, y fue condenado a 15 años de prisión por negligencia.