Alfarería del aceite

[4]​ También queda noticia del protagonismo de las llamadas ánforas panatenaicas, que llenas de aceite se regalaban a los vencedores en los juegos y fiestas, como recipiente para bálsamos.

Griegos,[5]​ romanos y fenicios compartieron la asociación alfarería-aceite como base de su comercio.

Para facilitar el escanciado del aceite se han desarrollado modelos con pico vertedor ocasionalmente tubular y fino.

[7]​ Por su función y uso, la aceitera puede relacionarse con el setrill (quizá de la misma raíz que Nebrija apuntaba para la azeytera) del oriente español y el càntir d'oli catalán (o botijo para el aceite).

También puede incluirse en este conjunto tipológico la perula que en algunas zonas de Andalucía se usa como aceitera sustituyendo a la alcuza.

Otra vasija curiosa hoy pero que fue muy habitual, y casi imprescindible en el aprovechamiento doméstico del aceite usado, era la grasera.

[21]​ El cancionero tradicional guarda interesantes referencias a la relación entre el olivo –productor del aceite de oliva– y la tinajería.

En la vitrina greco-romana de recipientes para aceites, pomadas y ungüentos, pueden diferenciase varios tipos: alabastrón, aríbalo, askos, bombylios, epiquisis (especie de aceitera para libaciones), guttus habitual, tanto en la mesa de sacrificios como en la palestra,[24]​ y el estilizado y polimórfico lécito (lếkythos (del griego «λήκυθος»).

Alcuzas de metal (arriba) y tinajería para el aceite en el Museo de Alfarería de Marsella («Musée du Terroir Marseillais»)
Ánfora bética para el transporte de aceite de oliva, ejemplar del siglo II . Yacimiento submarino de Escombreras . Museo Nacional de Arqueología Subacuática , Cartagena (España) .
Botija "perulera" sevillana del siglo xvii . Museo do Pobo Galego .
Candil del periodo califal (siglos x y xi ). Museo de Jaén (España).
Orza de loza con decoración de la ‘serie esmeralda’, fabricada en Puente del Arzobispo .
Dos tarros para ungüentos del antiguo Egipto (ca. 1400 a. C. )